Las autoridades de la región de Cataluña, en el noreste de España, declararon el jueves una emergencia por sequía, con embalses que abastecen a 6 millones de personas, incluida la población de Barcelona, por debajo del 16% de su capacidad, un mínimo histórico. La emergencia, que entra en vigor el viernes, limita la cantidad diaria de agua permitida para fines residenciales y municipales a 200 litros (53 galones) por persona. La agencia del agua de Cataluña dice que el residente promedio usa 116 litros (30 galones) al día en casa.
Sin embargo, Gualba y otros pequeños pueblos y aldeas del campo catalán han estado en crisis durante meses. Entonces, si bien la población de Barcelona aún no ha sentido el impacto de la sequía más allá de no poder llenar piscinas privadas y lavar autos, miles de personas que viven en pequeñas comunidades que dependen de pozos que ahora se están secando están experimentando dificultades para conseguir agua apta para el consumo.
España ha experimentado tres años de precipitaciones inferiores a la media en medio de temperaturas récord, y únicamente se espera que las condiciones empeoren debido al cambio climático, que se prevé calentará la zona del Mediterráneo más rápidamente que otras regiones.
Los embalses alimentados por los ríos Ter y Llobregat en el norte de Cataluña han caído al 15,8% de su capacidad, mientras que su media de 10 años es del 70%. Solamente la cuenca del río Guadalete-Barbate en el sur de Andalucía, que enfrenta escasez y restricciones similares, está en peor situación, con un 14,6%.
Barcelona ha evitado la escasez de agua gracias al impulso de sus costosos sistemas de desalinización y purificación de agua, que ahora representan el 55% de todo el uso de agua en Cataluña. Aun así, las autoridades regionales de Barcelona y Sevilla, la sede del sur de Andalucía, están pensando en enviar agua potable por transporte.
Las autoridades catalanas en Barcelona amenazan con multar a los municipios si sus residentes, agricultores y empresas no cumplen con las restricciones de agua. También les instan a aumentar las facturas del agua para poder pagar la modernización de las tuberías.
Los expertos en gestión del agua temen que el campo siga siendo el más afectado. Las restricciones han reducido el agua para cerdos y otros animales de rebaño al 50% y para el riego de cultivos en un 80%, un gran golpe para la economía rural.
Muchas ciudades transportan el agua mediante camiones cisterna, a menudo con un coste enorme. El gobierno de Cataluña ha compartido 4 millones de euros (4,3 millones de dólares) -de un total de 191 millones de euros (206 millones de dólares) dedicados a combatir la sequía- entre 213 municipios para ayudar a pagar el transporte de agua.
Aun así, algunos pueblos tienen que cortar el grifo, como Espluga de Francolí, que corta el suministro de agua diariamente de 20 a 20 horas hasta las 10 a. m. para permitir que sus pozos se recuperen durante la noche.