El territorio chiapaneco es disputado por diferentes grupos criminales locales y trasnacionales que buscan nuevos reclutas, y el Estado mexicano no es contrapeso ni ofrece salidas.
Así fue el diagnóstico que la organización Melel Xojobal hizo del actual riesgo que corren miles de niñas, niños y adolescentes (NNyA) que habitan en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, la más emblemática de Chiapas.
De acuerdo con un estudio, la situación en Chiapas se ha vuelto convulsa desde que grupos criminales se disputan el control de las rutas terrestres para el trasiego de drogas, armas y tráfico de personas; uno de los lugares con mayor impacto, que se puede medir por la cantidad de NNyA (Niños, Niñas y Adolescentes) desaparecidos y la alta migración, es San Cristóbal. Esa ciudad tiene la mayor tasa de desapariciones de este sector a nivel estatal.
En el estudio que la organización Melel Xojobal hizo con el acompañamiento de especialistas, detalla las características particulares del enganche, palabra con la que propone sustituir lo que en otras regiones llaman “reclutamiento forzado”.
Esta acción, que busca sumar a las filas criminales a la población de niñeces y adolescencias, se da en este caso por endeudamientos, señala el informe.
En cualquier caso una vez que se ha contraído la deuda, se ven obligados a pagarla a través de la realización de trabajos para dichos grupos, y presionados para tomar bebidas alcohólicas o consumir alguna droga, lo que les hace tener una menor capacidad de resistencia ante la presión. Las adicciones se han incrementado significativamente en esa ciudad.
La población con mayor riesgo de ser reclutada-enganchada, son adolescentes de doce a catorce años que habitan en zonas donde operan grupos criminales, viven violencia en el ámbito familiar, no asisten a la escuela, tienen empleos precarios o están desempleados, y tienen algún consumo problemático de drogas o alcohol.
Tras análisis cuantitativos y cualitativos de datos oficiales, Melel Xojobal estima que en San Cristóbal de Las Casas son 2 mil 507 los NyNA que se encuentran en riesgo de ser sumados a las filas criminales.
Melel Xojobal detalla que una vez enganchados, venden y transportan drogas, reclutan a otros jóvenes, realizan labores de vigilancia o coyotaje y, en el caso de las mujeres, participan en actividades de limpieza, como meseras de bares, cantinas, o son víctimas de explotación sexual.
También se les obliga a participar en enfrentamientos contra grupos rivales, así como realizar acciones de pandillerismo o sicariato.
Otro dato que destaca el estudio es la estigmatización hacia la población indígena que habita San Cristóbal, hacia las juventudes de ese sector, y hacia quienes utilizan motocicletas como medios de transporte.
Estos señalamientos son parte de la discriminación producto del colonialismo que se ha vivido en esta región, y que no permiten ver el problema de fondo por el que está pasando el estado, y las NNyA, y ante lo cual, el gobierno local y nacional no ha tenido una respuesta que permita superar la situación.