Los fiscales de Costa Rica dijeron el martes que arrestaron a un hombre y cuatro mujeres que se hicieron pasar por monjas para aceptar donaciones para clínicas de caridad falsas, pero usaron parte del dinero para viajes y otras compras.
Los agentes de la sección de anticorrupción del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvieron este martes a cuatro supuestas monjas de 54 años, 52 años, 44 años y 39 años, además, de un hombre de 52 años como sospechosos de los delitos de trata de personas con fines de explotación laboral, tortura, ejercicio ilegal de la profesión, malversación de fondos, peculado y enriquecimiento Ilícito.
En los albergues se encuentran ingresados 79 menores de edad y 65 personas adultas mayores, quienes a partir de hoy serán atendidos en el lugar por especialistas de diversas instituciones públicas para evaluar su estado.
Randall Zúñiga, director de la agencia de investigación judicial del país centroamericano, dijo que los cinco afirmaban representar una orden misionera de monjas y que reclutaban y abusaban de novicias.
Las novicias no recibieron pago, nunca pudieron hacer sus votos como monjas y, en ocasiones, fueron obligadas a disfrazarse de personal médico para engañar a las autoridades, que dieron dinero al gobierno.
Los fiscales dijeron que las mujeres recibieron alrededor de 12 millones de dólares en fondos de agencias gubernamentales durante al menos cinco años, dinero destinado a apoyar sus operaciones de atención médica y refugio. Pero se descubrió que algunas personas bajo su cuidado no habían recibido el tratamiento o la atención adecuados y tuvieron que ser hospitalizadas.
El plan fue descubierto cuando algunos de los novatos acudieron a la policía.
Los cinco sospechosos enfrentan cargos de malversación de fondos, malversación de fondos, explotación laboral y tortura. No figuraba ningún número de teléfono de la organización.
En una página de Facebook inactiva durante mucho tiempo, el grupo dijo que era “una ONG sin fines de lucro fundada en 1991 para atender a personas con necesidades físicas o intelectuales especiales”.
Al parecer, dirigía dos residencias de ancianos en la provincia de Costa Rica para niños y ancianos, conocidas como los Hogares de Manos Abiertas.
La entidad agregó que otra línea de investigación tiene relación con supuestos actos de tortura en contra las personas menores de edad y que al parecer propiciaron el deterioro de la salud e integridad física, sumado a que eran atendidas por personal de enfermería y medicina que no contaba con los conocimientos necesarios.
La Fiscalía también investiga el delito de explotación laboral en perjuicio de personas que eran reclutadas para trabajar en la organización, ya que las hacían firmar contratos fraudulentos y no recibían salario, pago de horas extra o vacaciones.