La Habana avanza en el restablecimiento del suministro de agua, tras varias semanas de crisis. La situación afectó al 20 % de los habitantes de la capital cubana. La ejecución de un proyecto del Gobierno y la instalación de nuevos equipos de bombeo se encuentran entre las medidas que buscan los primeros resultados.
La capital cubana vivía una crisis de suministro de agua desde hacía alrededor de dos meses, pero la situación empezó a mejorar gradualmente gracias a un conjunto de inversiones que se utilizan para instalar los nuevos equipos de bombeo en distintos municipios de La Habana. La medida ayudará a suministrar agua a miles de ciudadanos.
El proceso inversionista para aplicar el conjunto de medidas que ha ido tomando el Gobierno cubano ya está dando resultados palpables. El subdirector de producción de agua de Aguas de la Habana, Osvaldo Gómez Mandina, declaró que ya fueron instalados más de 15 bombas, lo que ayudó a bajar el número de personas afectadas de 200.000 a 37.000.
“Todavía quedan bombas por instalar, quedan bombas por entrar en el país también para seguir instalando y consideramos que vamos a tener una mejoría en los sistemas de abasto de agua”, agregó Mandina.
La instalación de las bombas es un esfuerzo conjunto de varias empresas estatales. Las autoridades cubanas también han organizado una campaña de comunicación para que los cubanos sepan cómo avanza el proceso.
La instalación de los nuevos equipos de bombeo es solamente parte de la solución, ya que se prevé que Cuba continúe enfrentándose a los grandes desafíos relacionados con el suministro de agua.
Mandina señaló que durante el verano la demanda de agua y electricidad aumenta considerablemente.
“Con la entrada de equipos vamos a tener una cantidad de reserva incluso para cuando bajen las demandas, y puede ser que para la época de sequía tengamos ese beneficio”, destacó el subdirector, remarcando las ventajas de la instalación de nuevos equipos de bombeo. Mandina también advirtió de que hay que ahorrar recursos para que el país sobreviva a la sequía, que suele empezar en noviembre.
El cambio climático, las sequias cada vez más fuertes y también la cantidad de salidero y de pérdidas en la red de distribución de agua son cuestiones que hay que atender por parte del Gobierno y sobre las cuales también hay planificado un número de inversiones.