Especialistas y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, coincidieron en señalar que en México, el desplazamiento interno forzado tiene antecedentes desde la década de los 70, que no es un tema nuevo.
Al respecto, Daniel Muñoz, oficial de la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas de los Derechos Humanos, dio a conocer que en la actualidad en el país hay 386 mil personas desplazadas, “es decir, una de cada 300 han sido víctimas de este problema social”.
Al participar en el conversatorio “Desplazamiento Forzado Interno en México”, Muñoz señaló que de todas las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza en el mundo, la quinta parte se encuentra en las Américas.
Al presentar el informe de la Relatoría Especial para los Derechos Humanos de las Personas Desplazadas Internas, indicó que las principales causas de este problema son la violencia relacionada con el crimen organizado, la implementación de proyectos de desarrollo dentro del territorio, conflictos comunitarios, cambio climático, desastres de origen natural, así como la creación de reservas naturales.
Pero no sólo eso, la gente también es desplazadas debido a los homicidios, feminicidios, extorsiones, amenazas, reclutamiento de menores de edad y la falta de confianza en las autoridades para denunciar, entre otras. “No sabemos con exactitud cuántas personas desplazadas hay en México, porque no hay información oficial por parte del Estado. Los números que tenemos es gracias al esfuerzo de la recolección que ha hecho la sociedad civil”.
María Teresa del Riego Cortinas, investigadora del Programa en Estudios Latinoamericanos de la UNAM, también presentó un informe sobre el tema en los estados de Jalisco, Querétaro y Puebla. El documento agrega algunos testimonios de desplazados.
En el informe, Mónica (nombre ficticio) narró que se considera desplazada. “Yo debería estar en mi pueblo, injustamente estoy así. Tienes que dejar todo lo que tienes porque tu vida corre peligro”.
La especialista explicó que los estados con mayor índice de violencia como Guerrero, Tamaulipas, estado de México, Jalisco Veracruz, Puebla e Hidalgo, son donde se registran los altos índices de personas desplazadas de manera forzada.
Coincidió que en México no existe una herramienta específica para medir el desplazamiento forzado interno. “Las herramientas cuantitativas disponibles tienen límites importantes”.