Los océanos del mundo batieron un nuevo récord de temperatura. No es una marca para celebrar. Puede tener impactos negativos en el clima del planeta, la vida marina y las comunidades costeras. Para muchas de las especies es como si estuvieran inmersas en un incendio forestal en el mar.
El aumento de la temperatura de los océanos está asociado a la quema de combustibles fósiles, como carbón, gas y petróleo. Las emisiones contaminantes hace que los océanos se calienten. Según los últimos datos del Observatorio Climático de la Unión Europea, Copernicus, la temperatura de la superficie de los océanos subió a 20,96 grados el 30 de julio.
“Los efectos de las olas de calor marinas incluyen la migración de especies y extinciones, la llegada de especies invasoras con consecuencias para la pesca y la acuicultura”, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El problema reside en que los océanos han absorbido el 90% del exceso de calor producido por la actividad humana desde los albores de la era industrial.
Este exceso de calor se sigue generando a medida que los gases de efecto invernadero -principalmente procedentes de la combustión de petróleo, gas y carbón- se acumulan en la atmósfera terrestre.
A escala mundial, la temperatura promedio de los océanos ha superado regularmente los récords de calor estacional desde abril.
Se prevé que el recalentamiento de los océanos produzca también otros efectos sobre la vida animal y vegetal marina, como la migración de ciertas especies y la propagación de especies invasoras. Esto podría amenazar las poblaciones de peces y, por tanto, socavar la seguridad alimentaria en ciertas partes del planeta.
Los océanos más cálidos también son menos capaces de absorber dióxido de carbono (CO2), lo que refuerza el círculo vicioso del calentamiento global. Encima, es probable que se produzcan temperaturas más altas, ya que el fenómeno de El Niño, que tiende a calentar las aguas, se estaría desarrollando según lo informado por la OMM.
Las olas de calor marinas se han vuelto dos veces más frecuentes desde 1982, según un informe de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
En el año 2100, podrían ser 10 veces más intensas que a principios del siglo XX si no se reducen las emisiones contaminantes. Por estos riesgos, líderes mundiales como el titular de Naciones Unidas, Antonio Guterres, han llamado a frenar las emisiones de gases de invernadero cuanto antes.
Se espera que el uso del carbón, el petróleo y el gas esté en el centro de los debates de las próximas conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima, llamada COP28, que se realizarán a finales de año en Dubai, Emiratos Árabes.