Los incendios en las áreas conocidas como selvas maduras de la Amazonía aumentaron en un 152% en 2023, respecto al año 2022, de acuerdo con información de la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp), publicada en la revista Global Change Biology.
Las selvas maduras albergan los árboles nativos más antiguos del bioma, que tienen un mayor potencial de reserva de carbono que los más jóvenes, por lo que tienen un mayor efecto para frenar la crisis climática.
Según lo publicado por la Fapesp, las quemas en las áreas boscosas aumentaron pese a la caída del 16 % en el número total de incendios en el bioma en 2023 y del 20 % en la deforestación.
Los investigadores detectaron que los incendios en esas áreas forestales aumentaron de 13.477 en 2022 a 34.012 el año pasado, luego de analizar imágenes satelitales.
Los expertos atribuyen la pérdida de área boscosa y el aumento de los incendios a las sequías en la Amazonía y la degradación ocasionada en el bioma por los siniestros que se dieron durante las fuertes sequías de 2010 y los registrados en el paso de 2015 a 2016.