Las autoridades federales acusaron el jueves al exintérprete de la estrella de los Dodgers de Los Ángeles, Shohei Ohtani, de fraude bancario federal, alegando que robó más de 16 millones de dólares de la sensación japonesa para cubrir apuestas y deudas de juegos.
El intérprete Ippei Mizuhara, una presencia constante junto a Ohtani en los estadios de béisbol de todo el país desde 2018, abusó de la confianza que el jugador tenía en él y aprovechó la barrera del idioma para saquear una cuenta bancaria a la que solo él podía acceder, dijeron los fiscales.
El fiscal federal Martín Estrada dijo que Mizuhara estaba tan entrelazado en la vida y carrera de Ohtani que se convirtió en el gerente de facto de la estrella. El papel le permitió retirar dinero de la cuenta en muchas ocasiones mintiendo y haciéndose pasar por Ohtani ante los empleados del banco para financiar su apetito insaciable por las apuestas deportivas ilegales.
El anuncio dado en una abarrotada conferencia de prensa en el centro de Los Ángeles, puso fin a semanas de especulaciones sobre los problemas de juego admitidos por Mizuhara, la amplia investigación federal y el papel de Ohtani en el escándalo.
Estrada dijo que no hay evidencia de que Ohtani estuviera al tanto de las acciones de su intérprete y agregó que Ohtani ha cooperado con los investigadores. “Quiero enfatizar este punto: el señor Ohtani es considerado una víctima en este caso”, dijo.
La denuncia penal, que detalla el plan a través de mensajes de texto, registros financieros y grabaciones de llamadas telefónicas, demostró que incluso Mizuhara sabía que el juego había terminado. En un mensaje a su casa de apuestas ilegal el 20 de marzo, el día en que Los Ángeles Times y ESPN dieron la noticia de la investigación, escribió: “Técnicamente, le robé. Todo ha terminado para mí”.
Mizuhara enfrenta hasta 30 años de prisión federal si es declarado culpable de un solo cargo de fraude bancario. Su abogado, Michael G. Freedman, declinó hacer comentarios. Es probable que la primera comparecencia de Mizuhara ante un tribunal federal se produzca esta semana.
La magnitud del robo conmocionó a la comunidad deportiva, pero también absolvió aún más a Ohtani de haber cometido un delito en la mayor desgracia del juego en el béisbol desde que Pete Rose fue suspendido de por vida. Las Grandes Ligas abrieron su propia investigación después de que surgió la controversia el mes pasado y los Dodgers despidieron inmediatamente a Mizuhara.
Las reglas de la MLB prohíben a los jugadores y empleados del equipo apostar, incluso legalmente, en béisbol. La MLB también prohíbe las apuestas en otros deportes con casas de apuestas ilegales o extranjeras.
Los investigadores federales dicen que Mizuhara hizo alrededor de 19.000 apuestas entre diciembre de 2021 y enero de 2024, casi 25 apuestas por día en promedio. Las apuestas oscilaron entre aproximadamente $10 y $160.000 por apuesta, con un promedio de alrededor de $12.800. Estrada dijo que los investigadores no encontraron ninguna evidencia de que Mizuhara hubiera apostado en béisbol.
Si bien las apuestas ganadoras de Mizuhara ascendieron a más de 142 millones de dólares, que depositó en su propia cuenta bancaria y no en la de Ohtani, sus apuestas perdedoras fueron de alrededor de 183 millones de dólares, una pérdida neta de casi 41 millones de dólares.
En un momento, la casa de apuestas no pudo localizar a Mizuhara y amenazó con acercarse a Ohtani, identificada como la Víctima A en la denuncia penal.
El presunto fraude también abarcó el lucrativo mercado de recuerdos. Los investigadores confiscaron aproximadamente 1.000 tarjetas de béisbol coleccionables, incluidas las de jugadores como Yogi Berra, y descubrieron aproximadamente 325.000 dólares en transacciones a minoristas en línea entre enero y marzo.
Mizuhara le dijo a ESPN el 19 de marzo que Ohtani pagó sus deudas de juego a pedido del intérprete, diciendo que las apuestas eran en fútbol internacional, la NBA, la NFL y el fútbol universitario, sin embargo al día siguiente cambio su historia y afirmó Ohtani no tenía conocimiento de las deudas de juego y no había transferido ningún dinero a las casas de apuestas
Según la denuncia penal, el caso Mizuhara surgió de una investigación más amplia de organizaciones ilegales de apuestas deportivas que operan en el sur de California y el lavado de ganancias a través de casinos en Las Vegas.