El tercer día nos tomó por sorpresa; la ilusión de desvaneció conforme avanzaba la luz. Nada sería igual; nada será igual.
Todo cambió a partir del 2 de junio; México será gobernado por una mujer, un hecho histórico pero que se venía preparando desde hace tres años.
Se podría decir que fue un acto quirúrgico, donde se echó mano de todo, desde lo más simple, hasta lo más complejo.
Y así, con una precisión poco vista, después de 71 años, desde el 17 de octubre de 1953 fecha que en que se les permitió a las mujeres mexicanas votar y ser votadas, ahora un mujer encabezará el Gobierno Federal.
Si bien cada inicio de sexenio hay una particular expectativa y un, cada vez mayor, escrutinio del ejercicio del poder público, por el hecho de ser mujer la próxima Presidenta tendrá mayores niveles de atención.
Desde este domingo, cada decisión que tome la futura Presidenta será puesta bajo la lupa. La integración de su Gabinete, los primeros agradecimientos, los primeros decretos, serán clave para perfilar su gobierno.
Y como parte de este hecho histórico, en un país en el que todavía se encuentra arraigado el machismo y el 61% de las mujeres de 15 años o más han experimentado un acto de violencia en algún momento de su vida, ahora las Fuerzas Armadas, que en más del 80% están integradas por hombres, deberán rendirle cuentas a su comandanta suprema.
Pero no sólo el proceso electoral que se vivió en México ha sido histórico por tener a una mujer Presidenta, lamentablemente también pasó a la historia por tener el proceso más violento, con 37 candidatos a distintos cargos de elección popular, asesinados.
Y qué decir de las reiteradas violaciones a la Ley electoral que se registraron desde el Ejecutivo Federal y de distintos gobiernos locales que se sumaron a las múltiples irregularidades vividas en la elección de este 2 de junio.
Desafortunadamente lo que no se pudo detener fue la denominada “Operación carrusel”, el reparto de dinero a cambio del voto, el robo de boletas electorales y la violencia alrededor de las casillas.
Tal como se advirtió el Instituto Nacional Electoral, (INE), cooptado por el partido Morena, no pudo instalar casualmente la totalidad de las casillas.
Se habla de que el cúmulo de irregularidades es tal en el conteo que se realiza mediante el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que se preparan impugnaciones.
Amén de ello, lo que sí deberían de investigar las autoridades – aunque sé que no moverán un dedo – es determinar qué pasó en aquellos lugares donde impera y domina el crimen organizado y que, casualmente, reflejó un voto brutalmente desproporcionado a favor de la candidata oficialista.
Claudia Sheinbaum Pardo será la Presidenta de México pero, sin lugar a dudas, la duda se cierne sobre una unción determinada por el dedo mayor y apuntalada por intereses oscuros.
Al tercer día, el dinosaurio estaba ahí, pero con un color diferente.