La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, acoge la cumbre del Grupo de los Siete países industrializados de esta semana como la líder más estable de la Unión Europea.
Los homólogos alemanes y franceses de Meloni se vieron sacudidos por las elecciones parlamentarias europeas que fortalecieron a los Hermanos de Italia de extrema derecha de Meloni como los más fuertes de Italia, convirtiéndola en un posible creador de puentes, si no de reyes, en Europa.
Los sólidos resultados de Meloni crean una inusual estabilidad en la política italiana, ya que los partidos de extrema derecha sacudieron tanto al presidente francés Emmanuel Macron, quien convocó elecciones anticipadas después de que su partido fuera eclipsado por la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, como al canciller alemán Olaf Scholz, cuya autoridad sufrió una sacudida después de que la extrema derecha Alternativa para Alemania terminara en segundo lugar, superando a sus socialdemócratas.
“Estoy orgulloso de que esta nación se presente en el G7, y en Europa, como el gobierno más fuerte de todos”, dijo Meloni a sus partidarios. “Esto es algo que nunca había sucedido en el pasado y que está sucediendo ahora. Es una satisfacción y también una gran responsabilidad”.
Aunque es líder de un partido de extrema derecha, Meloni continúa acercándose al centro, particularmente en política exterior, lo que la ha convertido en un socio transatlántico tranquilizador mientras las guerras hacen estragos en Ucrania y Gaza.
Meloni consolidará su papel, al encabezar la reunión del G7 en la región sur de Puglia del 13 al 15 de junio, centrándose en los conflictos globales, la propagación de la IA y en África, con miras en particular a la preocupación de larga data de Italia por la migración incontrolada, tráfico de personas y violación a los derechos humanos.
Meloni ganó el cargo con una campaña que prometía un bloqueo naval total de los barcos benéficos que rescataban a inmigrantes de ahogarse en el Mediterráneo, también moderó su política en el cargo y dirigió los barcos de rescate a puertos del norte, lejos de los centros de búsqueda y rescate. Las organizaciones benéficas todavía protestan contra esta política, pero está lejos de ser un bloqueo.