La orden del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a los diputados de Morena para que lleven la elección de cuatro consejeros electorales hasta la tómbola, no es sino una presión irresponsable para los partidos políticos de oposición.
En su verdadero papel de jefe de campaña, el tabasqueño ni se inmutó en ordenar que los cuatro consejeros electorales que deberán ser electos el último día de marzo sean resultado de un sorteo porque, dijo, “no le vamos a rogar’’ a la oposición apoyo para una mayoría calificada.
Llevar a la elección a estos funcionarios, incluido al presidente del INE, supone un riesgo grave no solo para el instituto, sino para el sistema democrático.
Por experiencia, y eso lo deben tener bien presente en Morena, las tómbolas o sorteos de posiciones políticas que ha puesto en práctica el partido del Gobierno han provocado no que llegue la persona mejor calificada para el cargo, sino la que “tuvo suerte’’.
¿Cuál ha sido el resultado?
Un legislativo bastante pobre en la argumentación, en la confrontación de ideas, nulo para la negociación, pero superiores en el insulto y la descalificación.
No es una observación del columnista; solo vea los resultados del trabajo legislativo y las repeticiones de las sesiones en las que se discuten reformas trascendentes para el país.
Dejar a la suerte la elección de esos cuatro consejeros electorales, incluido su presidente, parece parte de la estrategia ordenada por el propio tabasqueño para destazar al INE.
Ahora la oposición tiene dos alternativas: presionar, hasta donde puedan, para completar el proceso que manda la ley, buscar el consenso para lograr la mayoría calificada cediendo posiciones al grupo mayoritario o atenerse al resultado de la rifa.
La tómbola, rifa, sorteo o insaculación es lo mismo y solo se llega a este método cuando los diputados no pudieron aprobar en el pleno, por mayoría calificada, las propuestas para el cargo.
Es decir, no se trata de una ilegalidad, pero si de una inmoralidad, parafraseando al propio Presidente de la República.
Como quiera, el proceso resultó viciado desde la convocatoria, que fue desechada por el Tribunal Electoral.
¿Qué podría impedir que se llegará a la rifa?