“Las mujeres brasileñas están expuestas a la violencia desde el nacimiento hasta el final de sus vidas”, afirmó Samira Bueno, directora ejecutiva del Foro Brasileño de Seguridad Pública, una de las entidades autoras del ‘Atlas de la Violencia 2024’.
El nivel de feminicidios de 2022, último año en el poder del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), bajó un 1,3 % con respecto a 2021, con una proporción de 3,5 muertes por cada 100.000 mujeres en Brasil.
Sin embargo, el informe, hecho también por el Instituto de Investigación Económica Aplicada, advierte que las estadísticas podrían estar sub notificadas, pues las autoridades contabilizaron además otras 4.172 muertes violentas de mujeres “por causa indeterminada”, las cuales no constan oficialmente como feminicidios.
Por otro lado, 221.240 niñas y mujeres adultas sufrieron algún tipo de agresión en Brasil en 2022, la mayoría en el ámbito doméstico.
Dentro de casa, 12.477 sufrieron algún tipo de violencia sexual, es decir, cada 45 minutos una mujer fue víctima de abusos sexuales en el país.
La experta subrayó además que cuando la mujer alcanza la tercera edad vuelve a enfrentar la negligencia de sus familiares, principalmente de sus hijos y parientes próximos.
La divulgación del informe se produce en un momento de intenso debate en el país, después de que la Cámara de Diputados desenterró un polémico proyecto de ley para equiparar penalmente el aborto realizado a partir de las 22 semanas de embarazo con un delito de homicidio, incluso en los casos de violación.
El delito de homicidio simple está castigado en Brasil con penas que varían entre 6 y 20 años de prisión.
De esta forma, las mujeres víctimas de violación que aborten con casi 6 meses de gestación tendrían penas mayores que sus agresores, cuyo castigo oscila entre 6 y 12 años de cárcel.