El gobierno noruego firmó un acuerdo para comenzar a almacenar cereales, diciendo que la pandemia de COVID-19, una guerra en Europa y el cambio climático lo han hecho necesario.
El acuerdo para almacenar 30.000 toneladas de cereales en 2024 y 2025 fue firmado por el ministro de Agricultura y Alimentación, Geir Pollestad, el ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum, y cuatro empresas privadas.
El trigo, que pertenecerá al gobierno noruego, será almacenado por las empresas en instalaciones ya existentes en todo el país. Tres de las empresas almacenarán este año al menos 15.000 toneladas.
Las empresas son libres de invertir en nuevas instalaciones y decidir por sí mismas dónde quieren almacenar el grano de emergencia, pero deben ponerlo a disposición del Estado si es necesario, dijo el gobierno.
El Ministerio de Agricultura y Alimentación de Noruega dijo que la creación de una reserva de cereales alimentarios para contingencias consiste en estar preparados para lo impensable.
Noruega firmará más contratos de almacenamiento en los próximos años, con el objetivo de acumular reservas hasta 2029. El objetivo es tener unas 82.500 toneladas de cereales almacenadas para finales de la década para que luego tengamos suficiente grano para tres meses de consumo por parte de la población de Noruega en una situación de crisis que pueda surgir, dijo Pollestad a la emisora noruega NRK.
Noruega que tiene 5,6 millones de habitantes, dijo que gastaría 63 millones de coronas (6 millones de dólares) al año para abastecerse de cereales.
Noruega había almacenado cereales en la década de 1950, pero cerró sus sitios de almacenamiento en 2003 después de decidir que ya no eran necesarios.
Sin embargo, tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, Noruega creó una comisión para evaluar las fortalezas y debilidades de sus sistemas de preparación para emergencias, que recomendó almacenar cereales.
El país rico en petróleo también alberga la Bóveda Mundial de Semillas en su archipiélago de Svalbard, a unos 1.300 kilómetros del Polo Norte.
Desde 2008, bancos de genes y organizaciones de todo el mundo han depositado casi 1 millón de muestras de semillas en la bóveda para respaldar sus propias colecciones en caso de calamidades naturales o causadas por humanos.
El gobierno noruego financió los costos de construcción, mientras que una organización internacional sin fines de lucro paga los costos operativos.