Miles de manifestantes irrumpieron en el parlamento de Kenia para protestar contra las propuestas impositivas, quemaron parte del edificio, provocaron la huida de los legisladores y provocaron disparos de la policía en disturbios que el presidente prometió sofocar. Los disturbios provocaron la muerte de varias personas.
Fue el asalto más directo al gobierno en décadas. Los periodistas vieron al menos tres cadáveres fuera del complejo donde la policía había abierto fuego, y los trabajadores médicos informaron de la muerte de cinco personas. Los enfrentamientos se extendieron a otras ciudades.
“Los acontecimientos de hoy marcan un punto de inflexión crítico en la forma en que respondemos a las amenazas a nuestra seguridad nacional”, dijo el presidente William Ruto, calificando los acontecimientos de traición y prometiendo sofocar los disturbios a cualquier costo.
El Ministro de Defensa de Kenia dijo que el ejército había sido desplegado para apoyar a la policía durante la emergencia de seguridad y la violación de infraestructura crítica.
Los manifestantes habían exigido que los legisladores votaran en contra de un proyecto de ley de finanzas que impone nuevos impuestos al centro económico de África Oriental, donde las frustraciones por el alto costo de la vida han latente.
Los jóvenes que votaron para que Ruto llegara al poder con vítores por sus promesas de alivio económico han salido a las calles para oponerse al dolor de las reformas.
Los legisladores lograron aprobar el proyecto de ley antes de huir a través de un túnel mientras los manifestantes superaban a la policía y entraban en masa. Algunos manifestantes incendiaron el edificio, sin embargo el fuego fue controlado y apagado sin ningún contratiempo.
Algunos médicos dieron a conocer la muerte de cinco personas a causa de tiros, además revelaron que la menos 75 personas resultaron heridas, la policía tuvo pues usar munición real y gases lacrimógenos en contra de los que se manifestaran.
El servicio de Internet en el país se desaceleró notablemente en lo que NetBlocks llamó una “gran interrupción”, y al menos una emisora emitió un comunicado diciendo que “hemos recibido amenazas de las autoridades de cerrarnos”.
Los jóvenes habían anunciado que se unirían para mantener al gobierno bajo control mientras los precios del combustible, los alimentos y otras necesidades se habían disparado.
Mientras multitudes de manifestantes recorrían las calles, surgió el desafío en otras partes del país, incluso en la ciudad donde estaba el presidente, Naivasha, mientras los manifestantes coreaban “Ruto debe irse”.