La empresa NVIDIA, con sede en Estados Unidos, en sus orígenes era conocida como un fabricante de chips gráficos o Graphics Processing Units (GPUs). Los GPUs son un tipo particular de chips que hacen un limitado conjunto de instrucciones a gran velocidad y en gran volumen, idóneos para las funciones iterativas y repetitivas como la parte gráfica o visual de una computadora. Para el promedio de los usuarios, se puede decir que más del 90% de la potencia del procesamiento de una computadora, laptop o celular, lo consume la interfaz gráfica del usuario (videos, streaming, videojuegos, etcétera).
El auge en el mercado de las criptomonedas trajo amplios beneficios a NVIDIA. La gran ventaja relativa de los GPUs para realizar cálculos iterativos y repetitivos era idónea para minar Bitcoins y otros criptoactivos. Con el incremento en los precios de estos activos virtuales creció rápidamente la demanda por GPUs.
Pero el destino le tenía guardado a NVIDIA todavía lo mejor: una demanda insaciable de GPUs para alimentar la creciente industria de la Inteligencia Artificial. En menos de cinco años sus acciones aumentaron en más de 2,000%. Actualmente, tiene una capitalización de mercado de cerca de 3 billones de dólares, colocándola como la tercera empresa más valiosa en el mundo, solo por detrás de Apple y Microsoft. Pero NVIDIA solo es el arquitecto y no produce los chips.
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es la empresa que le manufactura a NVIDIA los chips más potentes (y a Apple sus chips M3), y es a nivel mundial la principal fabricante de todo tipo de chips. Desde sus inicios se dio cuenta de la importancia de los chips para la vida moderna, pero no podía competir con las grandes marcas ya establecidas. Así, decidieron optar por un modelo de negocio consistente en subarrendar sus instalaciones a las pequeñas y grandes empresas de chips. Con el paso de las décadas, esta empresa maquiladora ha logrado acumular capacidad instalada y tecnología muy superiores a otros productores de chips. Taiwán tiene una posición geopolítica muy importante que tensa las relaciones entre Estados Unidos y China, no únicamente como contrapeso político en la región, sino por su importancia en la producción mundial de semiconductores. Pero TSMC no fabrica las máquinas más avanzadas para imprimir chips, las compra.
Poco conocido, Advanced Semiconductor Materials Lithography (ASML), con sede en Países Bajos, es uno de los principales fabricantes mundiales de máquinas de fotolitografía, y actualmente es el único con la tecnología de ultravioleta extremo (EUV) usada para la fabricación de chips para el mercado de la Inteligencia Artificial, por permitir hacer patrones más pequeños en las obleas de silicio. Cada máquina de EUV ronda entre los 150 y 300 millones de dólares y es del tamaño de un tráiler.
Hoy en día, NVIDIA, TSMC y ASML son la divina trinidad en la industria de los chips. En la guerra comercial entre Estados Unidos y China por la supremacía económica global, la batalla tecnológica por los chips es probablemente el frente más disputado. Quienes controlen los chips más potentes, más diminutos en tamaño y con más valor agregado, serán los que tengan la hegemonía económica, política y militar en el siglo XXI. Estados Unidos ha impuesto regulaciones y hace presión política para que China no pueda adquirir productos de última tecnología de estas tres empresas; sin embargo, probablemente sea solo cuestión de tiempo para que el dragón asiático iguale o supere esta tecnología. ¿Quién ganará la batalla de los chips?