La policía de la India disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a miles de manifestantes que exigían la dimisión de una alta funcionaria electa en el este del país, acusándola de gestionar mal una investigación sobre la violación y el asesinato de una médica residente a principios de este mes.
El asesinato el 9 de agosto de la médica de 31 años mientras estaba de servicio en el R.G. Kar Medical College and Hospital de la ciudad de Calcuta desencadenó protestas en toda la India, centradas en el problema crónico de la violencia contra las mujeres en el país. Calcuta es la capital del estado de Bengala Occidental.
Los manifestantes dicen que la agresión pone de relieve la vulnerabilidad de los trabajadores sanitarios en los hospitales de toda la India.
Los manifestantes del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata del primer ministro Narendra Modi intentaron romper el cordón policial y marchar hacia la oficina de Mamta Banerjee, cuyo partido Trinamool Congress gobierna el estado de Bengala Occidental, y exigieron su dimisión.
Los agentes de policía con porras hicieron retroceder a los manifestantes y dispararon gases lacrimógenos y cañones de agua. Cuatro activistas estudiantiles fueron arrestados antes de la manifestación, según la policía, acusándolos de intentar orquestar una violencia a gran escala.
Una autopsia del médico asesinado confirmó posteriormente una agresión sexual, y un voluntario de la policía fue detenido en relación con el crimen. La familia de la víctima afirmó que se trataba de un caso de violación en grupo y que había más implicados.
En los días transcurridos desde entonces, la ira creciente ha desembocado en indignación a nivel nacional y ha provocado protestas por la violencia contra las mujeres. Las protestas también han llevado a miles de médicos y paramédicos a abandonar algunos hospitales públicos de toda la India y exigir un entorno de trabajo más seguro. Las huelgas han afectado a miles de pacientes en toda la India.
Las mujeres en la India siguen enfrentándose a una violencia creciente a pesar de las duras leyes que se implementaron tras la violación en grupo y el asesinato de una estudiante de 23 años en un autobús en movimiento en Delhi en 2012.
Ese ataque había inspirado a los legisladores a ordenar penas más severas para esos delitos y establecer tribunales de vía rápida dedicados a los casos de violación. El gobierno también introdujo la pena de muerte para los reincidentes.