El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunció los ataques que hirieron a varios miembros de las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano, según su portavoz, en medio del avance de las fuerzas israelíes contra los militantes de Hezbolá.
“El personal de la Finul y sus instalaciones nunca deben ser objeto de ataques”, afirmó Guterres en un comunicado, en referencia a los cascos azules de la organización en Líbano.
“Los ataques contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional… (y) pueden constituir un crimen de guerra”, añadió el jefe de la ONU, según su portavoz Stéphane Dujarric.
Después de que los tanques se fueron, proyectiles explotaron a 100 metros de distancia, liberando humo que se extendió por toda la base y enfermó al personal de la ONU, dijo en un comunicado.
En su versión de los hechos, el ejército israelí dijo que militantes del grupo Hezbolá habían disparado misiles antitanque contra tropas israelíes, hiriendo a 25 de ellos. El ataque fue muy cerca de un puesto de la Finul y un tanque que ayudaba a evacuar a las víctimas bajo fuego retrocedió luego hacia el puesto de la FINUL, afirmó.
Al menos cinco cascos azules resultaron heridos en los últimos días en los ataques israelíes contra Hezbolá en el sur del Líbano.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo en una declaración dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres: “Ha llegado el momento de que retire la Finul de los bastiones de Hezbolá y de las zonas de combate”.
Además de que se desató un ataque contra el campo de entrenamiento en Binyamina, cerca de Haifa, es el más mortal contra una base israelí desde el 23 de septiembre, cuando Israel redobló sus ataques contra Hezbolá en el Líbano. Los servicios de emergencia reportaron más de 60 heridos.