El presidente de EE.UU., Joe Biden, despidió este lunes al responsable del mantenimiento y la operación del Capitolio, Brett Blanton, tras acusaciones de abuso de poder, presunto uso indebido de recursos federales y su ausencia en el complejo durante los disturbios del 6 de enero de 2021.
Según una carta de Gautam Raghavan, asistente del mandatario para el personal presidencial, obtenida por Punchbowl News, el nombramiento de Blanton terminaría el 13 de febrero a las 5 p.m. (hora local) por indicación de Biden.
Blanton, que fue nombrado máximo administrador del Capitolio para un mandato de 10 años por el expresidente Donald Trump, se enfrentó la semana pasada a una audiencia en la que miembros de ambos partidos de la Comisión de Administración de la Cámara pidieron su dimisión, meses después de que un informe de la Oficina del inspector general confirmara que había “abusado de su autoridad, hecho mal uso de la propiedad del Gobierno y malgastado el dinero de los contribuyentes”.
Según el informe, publicado el 26 de octubre, Blanton permitió que sus allegados usaran tres vehículos gubernamentales para viajes de fin de semana a una cervecería artesanal, para salir de la ciudad y para “uso familiar en general”. Además, se informa que los autos eran conducidos por su esposa y su hija adulta “de forma habitual”.
Asimismo, se encontraron “indicios de infracciones penales a lo largo de la investigación”. Se acusa a Blanton de engañar y proporcionar “información falsa a los investigadores en múltiples ocasiones”, y de haberse hecho pasar por un oficial de policía para perseguir un automóvil que golpeó el coche del novio de su hija cerca de su casa.
Durante la audiencia, Blanton admitió haber usado su vehículo de trabajo para viajes personales, bajo la justificación de que lo utilizaba por si tenía que regresar inmediatamente al Capitolio en caso de una emergencia, recogen medios locales.
Asimismo, confirmó que evitó el Capitolio el 6 de enero de 2021, ya que no le parecía “prudente” acudir a trabajar ese día mientras miles de manifestantes bloqueaban el acceso al complejo. En su lugar, afirmó que su coche estatal sirvió como su “puesto de mando móvil” durante el ataque y dio órdenes desde lejos.
Sin embargo, negó haber hecho algo poco ético y aseguró que el informe estaba “lleno de errores, omisiones y caracterizaciones equívocas”.
“Rechazo de todo corazón cualquier afirmación de que he tenido un comportamiento poco ético durante mi servicio a este país mientras cumplía este rol en particular”, declaró .