Actualmente es ilegal vender cigarrillos, productos de tabaco o vaporizadores a personas menores de 18 años.
La legislación destinada a prohibir que los niños británicos de hoy puedan fumar legalmente comenzó su recorrido por el Parlamento.
El proyecto de ley sobre tabaco y cigarrillos electrónicos también prohibiría fumar y vapear en algunos espacios al aire libre, como patios de recreo y entradas a escuelas y hospitales. Pero una prohibición propuesta de fumar en cervecerías al aire libre ha sido descartada tras la oposición de los propietarios de bares.
El secretario de Salud, Wes Streeting, dijo que la industria hotelera había “recibido un verdadero golpe en los últimos años” y que no es “el momento adecuado” para prohibir fumar fuera de los pubs.
El proyecto de ley también propone restringir los sabores de los cigarrillos electrónicos y prohibir los envases de cigarrillos electrónicos brillantes dirigidos a los niños, para combatir “una industria cínica que ha buscado hacer adicta a la nicotina a una nueva generación de niños”, dijo Streeting.
También sigue un plan del anterior gobierno conservador, que fue derrocado en las elecciones generales de julio, de aumentar la edad mínima para comprar tabaco en un año cada año, de modo que nadie nacido después del 1 de enero de 2009 pueda comprar cigarrillos legalmente en Gran Bretaña.
Actualmente es ilegal vender cigarrillos, productos de tabaco o vaporizadores a personas menores de 18 años.
Si se aprueba, como es probable debido a la gran mayoría del gobernante Partido Laborista en el Parlamento, el proyecto de ley otorgaría a Gran Bretaña algunas de las medidas antitabaco más duras del mundo.
El gobierno dijo que el proyecto de ley rompe el ciclo de la adicción y allana el camino para un Reino Unido libre de humo.
El número de personas que fuman en Gran Bretaña ha disminuido en dos tercios desde la década de 1970, pero unos 6,4 millones de personas, o aproximadamente el 13% de la población, todavía fuman, según cifras oficiales.
Las autoridades afirman que fumar causa unas 80.000 muertes al año en el Reino Unido y sigue siendo la principal causa evitable de muerte, discapacidad y mala salud.
