La Penitenciaría del Litoral, en la ciudad costera de Guayaquil, ha sido escenario de frecuentes motines y asesinatos en masa, incluido uno en 2021 que dejó 119 reclusos muertos.
Las autoridades proporcionaron pocos detalles sobre lo que desencadenó la última violencia. En un comunicado, los funcionarios de la prisión dijeron que se habían desplegado policías y militares para tomar el control de la instalación.
Los medios locales informaron que helicópteros sobrevolaron la prisión mientras ambulancias y familiares de los reclusos, algunos de ellos gritando desesperados por sus seres queridos, se apresuraban a llegar a las puertas.
La matanza seguramente agitará la campaña presidencial de Ecuador, donde el actual presidente, Daniel Noboa, ha hecho de la mejora de la seguridad, incluso en los centros de detención, una prioridad máxima en su intento de buscar la reelección el año próximo.
Las cárceles de Ecuador se han convertido en unas de las más letales de América Latina, ya que el hacinamiento, la corrupción y el débil control estatal han permitido la proliferación de bandas vinculadas a narcotraficantes de Colombia y México. Muchas están fuertemente armadas con armas contrabandeadas desde el exterior y siguen organizando actividades delictivas desde la cárcel.
La Penitenciaría del Litoral alberga actualmente a unos 10.000 reclusos, o el doble de su capacidad.
La Fiscalía General de Ecuador dijo que se está preparando para acusar a nueve reclusos de asesinato a raíz de la violencia.
Una docena de brotes de violencia en las cárceles ecuatorianas han dejado más de 400 personas muertas desde 2001. La violencia en las prisiones refleja un deterioro de la situación de seguridad en toda la nación andina.
Ecuador registró un récord de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, frente a una tasa de seis asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2018.