Un italiano de 22 años que confesó en la corte haber matado a su exnovia fue declarado culpable de su asesinato y sentenciado a cadena perpetua en un caso que desató la indignación nacional por la violencia contra las mujeres.
Filippo Turetta mantuvo la mirada baja mientras se leía el veredicto y la sentencia en un tribunal de Venecia poco más de un año después de que el cuerpo de Giulia Cecchettin, de 22 años, fuera encontrado en una zanja en la región norteña de Veneto. Había sido apuñalada más de 70 veces y su cuerpo estaba envuelto en bolsas de plástico.
Cecchettin desapareció en noviembre pasado después de ir al centro comercial con su exnovio. Su desaparición conmocionó a Italia mientras las autoridades los buscaban. Fue encontrada una semana después.
Al anunciar el veredicto, el juez excluyó las circunstancias agravantes de crueldad y acoso, pero aun así dictó la sentencia más dura de Italia.
El asesinato alimentó las demandas de acción para detener la violencia contra las mujeres. En los primeros 10 meses de este año, 96 mujeres en Italia fueron asesinadas, 51 de ellas por parejas románticas actuales o anteriores, según las estadísticas del Ministerio del Interior.
Unas 10.000 personas asistieron al funeral de Cecchettin hace un año, haciendo sonar campanas y agitando llaves como parte de una campaña para “hacer ruido” contra la violencia de género. Su padre, Gino Cecchettin, instó a los dolientes a ser “agentes de cambio” en una cultura que a menudo “subvalora las vidas de las mujeres”.
“Nadie me devolverá a Giulia”, dijo el padre de Cecchettin después del veredicto. Añadió: “No creo que se combata la violencia de género con sentencias. Se combate con prevención. Por lo tanto, como ser humano me siento derrotado. Como padre, nada ha cambiado desde ayer, desde hace un año”.