Un feroz incendio forestal avanza carbonizando la lujosa ciudad de Malibú, en California, y forzando a miles de personas, incluyendo celebridades, a abandonar sus casas mientras cientos de bomberos luchan contra las llamas.
Al menos siete propiedades fueron arrasadas y ocho sufrieron daños en esta exclusiva comunidad en la costa oeste de Estados Unidos debido a la furia del incendio Franklin.
Las llamas se desataron la noche del lunes, y desde entonces han devorado unas 1,600 hectáreas de vegetación y edificaciones.
Son unos 1,500 bomberos atacan las llamaradas por aire y tierra, y la mañana de este miércoles lograron contener relativamente su propagación con el fuego disminuyendo en los flancos este y norte, dijo el jefe del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Anthony Marrone.
Pero el área continúa bajo amenaza, con el frente oeste del incendio ganando fuerza durante la noche, explicó Marrone.
Marrone señaló que un alerta roja, emitida por los meteorólogos para advertir sobre fuertes vientos, debe permanecer en pie por buena parte del día.
La exclusiva comunidad de Malibú se alza entre la costa del Pacífico y una serie de colinas homónimas.
Es hogar para millonarios y estrellas de Hollywood. Figuras como Beyoncé, Lady Gaga, Julia Roberts y Barbra Streisand se cuentan entre los prestigiosos vecinos de esta privilegiada ciudad vecina de Los Ángeles.
El sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, dijo que unas 20,000 personas están bajo órdenes o advertencias de evacuación, e instó a los residentes a obedecer sin titubeos.
La rápida propagación del incendio Franklin generó momentos de pánico para algunos residentes de la ciudad, así como para cientos de estudiantes que se encontraban en la Universidad Pepperdine, en la línea de fuego, la noche del lunes.
Las autoridades instaron a los alumnos a refugiarse en uno de los edificios del recinto diseñado a prueba de fuego, desde donde divulgaron dramáticas imágenes de las llamas ardiendo extremadamente próximas.
Miles de personas continúan sin servicio eléctrico en la región, lo que dificulta las comunicaciones. La causa del incendio está siendo investigada.
La sequía actual y los “vientos de Santa Ana”, como se conoce a las ráfagas fuertes y secas características de California, avivan las brasas y dificultan las operaciones. Contribuye también para la propagación rápida de las llamas la cantidad de ramas, hojas y árboles secos en las florestas del área tras dos inviernos con temperaturas excepcionales en el oeste del