La Iglesia mormona de Estados Unidos y Ensign Peak Advisors, la entidad gestora que administraba sus inversiones, deberán pagar en conjunto 5 millones de dólares a la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (la Sec) por haber ocultado la posesión de miles de millones de dólares en activos.
La orden de la Sec acusa a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como se denomina oficialmente al mormonismo, de llevar a cabo actividades ilícitas detrás de múltiples compañías ficticias entre 1997 y 2019. En este contexto, Ensign Peak Advisors recibió cargos por no haber revelado de manera oficial el tamaño real de la cartera de acciones, inversiones y patrimonio de esa organización religiosa.
En consecuencia, se acordó que la Iglesia mormona pague 1 millón de dólares y Ensign Peak 4 millones.
“Ensign Peak mantuvo la discreción de la inversión sobre todos los valores relevantes, controlaba las empresas ficticias y dirigía a los ‘gerentes comerciales’ nominados, la mayoría de los cuales eran empleados de la Iglesia”, detalla el ente regulador estadounidense.
Gurbir S. Grewal, director de la División de Cumplimiento de la Sec, añade al respecto que esa gestora, considerada una entidad sin ánimo de lucro, “hizo todo lo posible para evitar revelar las inversiones de la iglesia, privando a la Comisión y al público inversionista de información precisa sobre el mercado”.
En una declaración sobre el acuerdo con la Sec, la Iglesia mormona explica que Ensign Peak basó sus acciones en el “asesoramiento legal” que recibió sobre “cómo cumplir con sus obligaciones de presentación de informes” mientras “intentaba mantener la privacidad de la cartera”.
Además, se deja claro que tanto su movimiento religioso como la administradora creen que “todos los valores que debían informarse se incluyeron en las presentaciones de las compañías separadas”. Es decir, la gestora creó compañías separadas y presentó de forma independiente los formularios de divulgación fiscal —en los que los administradores de inversiones deben revelar el valor de ciertos bienes que administran—, en lugar de hacer una presentación única a nombre de la Iglesia.
En este sentido, a los mormones les preocupaba que la divulgación de los activos a su nombre pudiera tener “consecuencias negativas” en vista del tamaño de la cartera de su Iglesia, que para 2018 creció aproximadamente en 32.000 millones de dólares, según la Sec. “Para oscurecer la cantidad de la cartera, y con el conocimiento y la aprobación de la Iglesia, Ensign Peak creó 13 sociedades anónimas ficticias, aparentemente con ubicaciones en todo EE.UU.”, agregó la Comisión.
Las acusaciones sobre el esquema de empresas fantasma dentro de la Iglesia mormona surgieron por primera vez en 2018 de la mano de un grupo de exmiembros de esa organización religiosa, entonces conocidos bajo el nombre de MormonLeaks. Al año siguiente, se presentó una denuncia ante el Servicio de Impuestos Internos que advertía sobre un posible mal manejo de las posesiones de los mormones. En 2020, una investigación del diario The Wall Street Journal alegaba que los activos acumulados de la Iglesia superaban los 100.000 millones de dólares. Posteriormente, el caso llegó a oídos de la Sec.