Cientos de personas marcharon este domingo desde la glorieta del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino en defensa de los cuatro soldados encarcelados por el caso de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde elementos del Ejército asesinaron a cinco civiles.
Los grupos protestantes acudieron a la marcha vestidos de verde olivo, en referencia al Ejército y las Fuerzas Armadas, y criticaron el encarcelamiento de los cuatro soldados que asesinaron a cinco jóvenes en Nuevo Laredo el pasado 26 de febrero, pues sus acciones fueron “en cumplimiento de su deber”.
De acuerdo con el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México, la marcha empezó alrededor de las 9:20 horas con dirección hacia el Zócalo.
En los carteles que llevaban se leía: “Exigimos la liberación de militares detenidos por realizar su trabajo”, “Exigimos más apoyo a los militares y menos derechos humanos al crimen organizado”, y “Luchar por la seguridad de mi país, tuvo un precio: mi libertad”.
Asimismo, los gritos de apoyo entonaron: “Soldados unidos jamás serán vencidos”, “Justicia, justicia, justicia”, y “Soldado, amigo, el pueblo está contigo”, entre otros.
La marcha también se replicó en otras ciudades del país, como Cuautla, Morelos, o Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La convocatoria en redes, denominada #AlEjércitoNoSeToca, estaba dirigida a militares en retiro y a civiles que quisieran manifestar su apoyo a integrantes del Ejército por la investigación penal a militares involucrados en la muerte de cinco jóvenes.
Cuatro elementos de la Sedena involucrados en el homicidio de cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fueron vinculados a proceso militar, por el delito de desobediencia y también serían entrevistados por agentes de la Fiscalía General de la República (FGR).
Fuentes de la institución de las Fuerzas Armadas -citadas por medios nacionales- informaron que los elementos de tropa (soldados, cabos o sargentos), eran parte del primer vehículo castrense que persiguió a la camioneta en la que viajaban los civiles. Los cuatro militares viajaban en la batea como artilleros, según los primeros indicios de balística.
Nuevo Laredo, uno de los principales cruces comerciales con Texas, es bastión del violento cartel del Noreste, una escisión de los antiguos Zetas.