El presidente chino, Xi Jinping, llegó este lunes a Moscú para reforzar su alianza con Vladimir Putin en un viaje que cataloga como “visita de paz”, después de que Beijing presentara recientemente una iniciativa para arreglar el conflicto entre rusos y ucranianos.
El arribo a la capital rusa se produjo cerca de las 13 (hora local, 10 GMT). El líder del régimen chino permanecerá en el país hasta el miércoles.
Tras un primer encuentro que duró unas cuatro horas y media, los medios rusos adelantaron que se espera que mañana haya una nueva reunión.
Al bajar del avión, recibido con honores, Xi dijo que confía que su visita dará un “nuevo impulso” a las “saludables y estables” relaciones entre China y Rusia, a los que calificó como “buenos vecinos y socios fiables”.
Posteriormente, poco antes de las 17, ambos líderes posaron ante las cámaras en el Kremlin antes de comenzar su reunión.
En el breve encuentro ante la prensa, Putin le dijo a su homólogo que estaba dispuesto a discutir la propuesta de paz de Beijing sobre Ucrania. “Siempre estamos abiertos a las negociaciones. Sin duda discutiremos todas estas cuestiones, incluidas sus iniciativas, que tratamos con respeto, por supuesto”, sostuvo.
“Tenemos muchas tareas y objetivos comunes”, dijo Putin a Xi, añadiendo que era “simbólico” que el líder chino eligiera viajar a Rusia para la primera visita al extranjero de su nuevo mandato.
Los dos mandatarios, sentados uno al lado del otro en el Kremlin, según las imágenes difundidas por la televisión pública rusa, celebrarán primero una reunión “cara a cara” y después continuarán su encuentro con una cena. Inicialmente iba a ser un almuerzo y luego estaba agendada una conferencia de prensa.
El jefe de la diplomacia china, Wang Yi, presentó la iniciativa de paz hace un mes en el Kremlin después de hacer lo mismo con Kiev y los países europeos.
El Kremlin ve la visita del líder chino como un espaldarazo en medio del creciente aislamiento al que Occidente ha sometido a Rusia desde el inicio de la invasión en Ucrania en febrero de 2022.
Se trata de la primera vista a Rusia del mandatario chino desde el inicio de la guerra en Ucrania y su primer desplazamiento a Moscú desde hace casi cuatro años.
Con respecto a Ucrania, las autoridades chinas aseguraron que el gigante asiático busca desempeñar “un papel constructivo en la promoción de conversaciones de paz”.
Más allá de la “cooperación pragmática” y de los esfuerzos para “salvaguardar conjuntamente la estabilidad de la cadena industrial” e “inyectar más energía positiva a la recuperación económica mundial”, las miradas estarán puestas en si Beijing puede y está dispuesto a jugar un papel más proactivo como mediador.
China, que insiste en que ha mantenido siempre “una postura objetiva e imparcial” sobre la guerra, buscaría interceder después de hacer lo propio entre Irán y Arabia Saudí para que ambos países restablecieran relaciones diplomáticas.
Antes del viaje de Xi, el ministro de Exteriores chino, Qin Gang, mantuvo en la madrugada del jueves una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, en la que aseguró que China intentará ayudar a “un cese de las hostilidades, el alivio de la crisis y el restablecimiento de la paz entre Ucrania y Rusia”.
Xi aún no se ha comunicado con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, tal y como habían adelantado medios estadounidenses, aunque Kiev ya está preparando dicha videoconferencia.
China ha negado en varias ocasiones que haya vendido armas a alguno de los bandos, y ha asegurado que es Estados Unidos quien ha estado “echando leña al fuego” para “avivar” el conflicto.
Tres semanas antes de que comenzara la guerra, Xi y Putin reforzaron sus lazos, aunque China asegura que las estrechas relaciones entre Beijing y Moscú “no amenazan a ningún país” y que, en realidad, “hacen avanzar la multipolarización del mundo”.