En el sitio openai.com se lee que “OpenAI es una empresa de investigación e implementación de IA (Inteligencia Artificial)” cuya misión es “asegurar que la IA beneficie a toda la humanidad”. Entre los productos que hasta ahora ofrece la empresa fundada en diciembre de 2015 en San Francisco, California, están ChatGPT y DALLE.
Al pedirle que de una manera breve y fácil de entender me explicara qué es lo que es, ChatGPT me respondió que “es una herramienta que utiliza inteligencia artificial para entender y responder preguntas y mensajes escritos por humanos, como si fuera una persona real. Puede ser utilizado en aplicaciones de chat en línea y asistentes virtuales para proporcionar respuestas rápidas y precisas a las consultas de los usuarios. Es capaz de entender y generar texto coherente y relevante en varios idiomas, incluyendo español”.
Al preguntarle qué es DALLE, ChatGPT me dijo que: “es un modelo de inteligencia artificial que puede crear imágenes a partir de descripciones de texto y texto a partir de imágenes. A diferencia de otros modelos, DALLE se basa en el aprendizaje de representaciones de texto para generar imágenes realistas”.
El éxito de ChatGPT ha sido increíble. En diciembre pasado OpenAI lanzó al mercado una versión gratuita y llegó a 10 millones de usuarios diarios en 40 días, un récord si recordamos que Instagram tardó 355 días en llegar a los 10 millones de usuarios.
A DALLE tampoco le ha ido mal. En julio de 2022 la ofreció a un millón de usuarios prerregistrados y dos meses después la ofreció al público en general.
El acceso irrestricto a estas dos herramientas generó reacciones encontradas alrededor del mundo. Para unos, la IA contribuirá al progreso y bienestar de la humanidad, mientras que para otros pone en riesgo a la civilización misma.
Sin importar lo que opinen los unos y los otros, la IA llegó para quedarse y aparentemente nada podrá detener su desarrollo, tal como a lo largo de la historia ha ocurrido cada vez que una nueva tecnología ha hecho acto de presencia.
Un mayor crecimiento del PIB mundial es uno de los probables beneficios que traerá la IA. De acuerdo a un reporte de Goldman Sachs Research del 5 de abril pasado, “Los avances en inteligencia artificial generativa tienen el potencial de generar cambios radicales en la economía global. A medida que las herramientas que utilizan los avances en el procesamiento del lenguaje natural se abran paso en las empresas y la sociedad, podrían impulsar un aumento del 7% (o casi 7 billones de dólares) en el PIB mundial y elevar el crecimiento de la productividad en 1.5 puntos porcentuales en un período de 10 años”.
Sin embargo, también de acuerdo a Goldman Sachs, “Si la IA cumple con las capacidades prometidas, el mercado laboral podría enfrentar una interrupción significativa (…) tanto en EU como en Europa (…) aproximadamente dos tercios de los trabajos actuales están expuestos a algún grado de automatización de IA y la IA generativa podría sustituir hasta una cuarta parte de los empleos actuales (…) la IA generativa podría acabar con el equivalente a 300 millones de puestos de trabajo de tiempo completo”.
Es indudable que IA será la tecnología más disruptiva que enfrente nuestra civilización en los próximos años.