Corea del Norte confirmó el viernes que había probado con éxito un misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido, un avance celebrado por la prensa estatal como un punto de inflexión para las capacidades de contraataque nuclear del país.
El ejército surcoreano había anunciado en la víspera la detección de un misil lanzado desde la zona de Pyongyang y había apuntado a la posibilidad de que fuera un nuevo tipo de proyectil de combustible sólido.
Las fotografías publicadas por los medios estatales norcoreanos muestran a Kim Jong Un junto a su hija revisando el despegue del proyectil negro y blanco en medio de una nube de humo y sonriendo de alegría tras el presunto disparo exitoso.
“Un nuevo tipo de misil balístico intercontinental ‘Hwasung-18 fue lanzado el jueves como un recurso clave para la fuerza militar estratégica”, afirmó la agencia de prensa oficial KCNA.
Esta evolución “va a reorganizar en gran manera nuestra disuasión estratégica y va a reforzar la efectividad de nuestro contraataque nuclear”, afirmó el líder norcoreano, citado por KCNA.
“Vamos a golpear con una fuerza mortífera y responder agresivamente hasta que el enemigo abandone su estrategia inútil y su comportamiento insensato y para que sufra un miedo infinito”, insistió Kim.
Hasta ahora, todos los misiles intercontinentales conocidos de Pyongyang estaban impulsados por combustible líquido, pero Kim había colocado el desarrollo de ICBM de combustible sólido como una prioridad. Estos proyectiles son más fáciles de almacenar y transportar, más estables y más rápidos de lanzar, lo que los hace más difíciles de detectar y neutralizar.
En un desfile militar en Pyongyang en febrero, Corea del Norte exhibió un número récord de misiles balísticos intercontinentales y nucleares. Los analistas señalaron que algunos podían ser nuevos ICBM de combustible fósil.
Corea del Norte “ha repetido otra vez su patrón de provocación con sus nuevas armas”, dijo a la AFP Go Myong-hyun, investigador en el Instituto Asan de Estudios Políticos.
El anuncio se produce días antes de que Corea del Norte celebre uno de sus aniversarios políticos más significados, el Día del Sol, el 15 de abril.
La fecha conmemora el nacimiento del fundador del país, Kim Il Sung, y suele celebrarse con pruebas armamentísticas o desfiles militares.
Las relaciones entre las dos Coreas se encuentran en su peor momento en años.
El Norte declaró el año pasado que su estatus de potencia nuclear era “irreversible”, cerrando la puerta a negociar un posible desmantelamiento del arsenal.
Y este año, Kim ordenó al ejército intensificar las maniobras para prepararse para una “guerra real”. De su lado, el Sur ha intensificado la cooperación con Washington, con ejercicios conjuntos que incluyen el despliegue de activos militares estratégicos estadounidenses en la zona.
Pyongyang considera estas maniobras como ensayos para una eventual invasión. El martes, los describió como ejercicios “frenéticos” que “simulan una guerra sin cuartel” contra su país.