Desde su llegada a la presidencia el pasado 1 de enero, Lula da Silva aseguró que Brasil estaría “de vuelta” en la escena internacional tras cuatro años de gestión de Jair Bolsonaro.
Sin embargo, en los últimos días provocó una fuerte tensión diplomática con Estados Unidos y la Unión Europea (UE) al haberlos acusado de contribuir para que persista la guerra en Ucrania. En su desenfrenada crítica, realizada durante su visita a China, también responsabilizó a Ucrania por el inicio de la guerra con Rusia.
Estas declaraciones fueron fuertemente criticadas por Washington, Bruselas y Kiev, y dejaron al presidente brasileño en el foco de la polémica. Por eso, este jueves viajará a Europa con el objetivo de “relanzar las relaciones de Brasil con Europa”, según reconoció la secretaria de Asuntos Europeos de su Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Luisa Escorel de Moraes.
Lula reiteró en varias oportunidades que su gobierno tiene la intención de cumplir un rol de mediador para contribuir al fin del conflicto, que ya lleva más de un año desde aquel 24 de febrero de 2022 cuando Vladimir Putin dio la orden a sus tropas de invadir Ucrania.
Pero hasta el momento lo único que logró con sus acciones es distanciarse de Occidente y mostrarse más cercano a Rusia, acusada de múltiples crímenes de guerra.
El sábado pasado el jefe de Estado brasileño se reunió en Beijing con Xi Jinping, otro líder internacional que evitó condenar a Putin por la invasión a Ucrania. En el marco del encuentro que mantuvieron en la capital china, Lula criticó la asistencia militar que están brindando Washington y Bruselas a Kiev al afirmar que “Estados Unidos tiene que dejar de fomentar la guerra y empezar a hablar de paz”. También llamó a la Unión Europea a “empezar a hablar de paz”.
Por el contrario, destacó el “muy importante” papel de China por buscar la paz. La misma China que la semana pasada, tras una visita del ministro de Defensa a Moscú, afirmó que “los lazos de unión [con Rusia] son más fuertes en la actualidad que en la Guerra Fría”. O la misma China que hace semanas viene incrementando el asedio sobre Taiwán.
Pero lo que tal vez generó más indignación fue su crítica a Ucrania, país al que volvió a responsabilizar por la guerra. Desde Abu Dabi, a donde llegó el fin de semana desde Beijing, sostuvo que “la construcción de la guerra es más fácil que la salida de la guerra porque la decisión de la guerra la tomaron los dos países”.
No hizo más que reafirmar lo que declaró el año pasado en una entrevista a la revista Time, cuando dijo que Zelensky es “tan responsable” como Putin.
Dichos que se suman a otra polémica declaración que tuvo Lula a principios de mes, cuando sugirió a Ucrania ceder la península de Crimea a Rusia para facilitar el fin del conflicto al afirmar que Zelensky “no puede quererlo todo”.
Las respuestas de Kiev y Occidente no se hicieron esperar y fueron por demás contundentes. Sobre la posibilidad de ceder Crimea, el gobierno de Zelensky aclaró que “no hay razón legal, política ni moral que justifique abandonar un sólo centímetro de territorio ucraniano”.
Oleg Nikolenko, portavoz del Ministerio de Exteriores, aclaró que en este conflicto hay “una víctima” y “un agresor”, por lo que no deben ser tratados con la misma vara.
Joe Biden, por su parte, calificó de “indignantes” las críticas de Lula a Estados Unidos, y alertó que con ellas Brasil está renunciando a su pretensión de neutralidad.