El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, se disculpó públicamente el miércoles ante la Cámara de los Comunes del Parlamento por el trato sufrido por los homosexuales en el Ejército británico hasta el año 2000, cuando se levantó la prohibición que les impedía servir en el mismo.
Sunak admitió que dicha prohibición fue “un fracaso atroz del Estado británico” y señaló que el informe condenatorio sobre la homofobia en las Fuerzas Armadas, publicado esta misma jornada y que recoge el testimonio de veteranos gay afectados, evidencia que “en ese periodo muchos sufrieron abusos sexuales y la violencia más horribles, acoso e intimidación homófoba”.
“En nombre del Estado británico, pido disculpas y espero que todos los afectados puedan sentirse orgullosos de formar parte de la comunidad de veteranos que ha hecho tanto para defender a nuestro país”, expresó el jefe del Gobierno.
Por su parte, el secretario de Defensa, Ben Wallace, tachó de “vergonzosa e inaceptable” la política homófoba en las Fuerzas Armadas del país. “Es desgarrador que la tolerancia y los valores por los que esperábamos que lucharan nuestros soldados, marineros y aviadores les fueran negados a muchos de ellos”, lamentó.
El informe, elaborado por el juez retirado Terence Etherton, contiene más de 1.100 denuncias que documentan el uso de electrodos, casos de chantaje y de agresión sexual, así como de trato cruel contra el personal homosexual entre 1967, cuando se legalizó la homosexualidad, y el año 2000, cuando se levantó la prohibición.
En esa época, soldados homosexuales fueron obligados a someterse a terapias de descargas eléctricas. “Me enviaron a ver a un psiquiatra en un hospital donde me pusieron estos electrodos en la cabeza. Me mostraron fotos de hombres y me dieron sentimientos agradables y luego me mostraron fotos de mujeres y me dieron descargas eléctricas”, relató una de las víctimas. “Tenía algún tipo de moretones o marcas de quemaduras donde pusieron los electrodos”, agregó.
Asimismo, un veterano que sirvió en la Real Fuerza Aérea testificó que eran enviados a un pabellón psiquiátrico para ser interrogados sobre su sexualidad sentados en un inodoro. Les colocaban electrodos en la cabeza para tomar una lectura de su cerebro, mientras el personal médico bebía cerveza. Supuestamente, les dijeron que tenían una “sombra” en el cerebro, lo que explicaba su sexualidad.
El informe incluye 49 recomendaciones, entre las que figura una compensación económica a los afectados y la restitución de medallas.