El dirigente político Pedro Briones, que forma parte de Revolución Ciudadana, el espacio de Rafael Correa, fue asesinado este lunes de dos impactos de bala en la ciudad ecuatoriana de Esmeraldas.
Varios medios aseguraron que Briones fue asesinado en el parque de la parroquia San Mateo, donde fue abordado por dos personas que se movilizaban en una moto y le habrían disparados dos veces.
Briones fue entonces llevado al hospital general Delfina Torres de Concha, donde los médicos confirmaron que ya no tenía signos vitales.
Por su parte, condenaron el hecho varios dirigentes de la agrupación que responde al ex Presidente, que también se expresó por las redes sociales: “Asesinaron a otro compañero nuestro en Esmeraldas. Ya basta!”.
La candidata presidencial correísta, Luisa González, publicó un mensaje en su cuenta de Twitter: “Ecuador vive su época más sangrienta. Esto se lo debemos al abandono total de un gobierno inepto y a un Estado tomado por las mafias. Mi abrazo solidario a la familia del compañero Pedro Briones, caído en manos de la violencia. ¡El cambio es urgente!”.
En tanto, la Alcaldía de Esmeraldas también lamentó el hecho: “Sumamente consternados por el deceso del Director Parroquial de San Mateo, Pedro Briones, expresamos nuestras sentidas condolencias a sus familiares y seres queridos”.
Villavicencio fue asesinado el miércoles por supuestos sicarios colombianos que lo acribillaron cuando abordaba su vehículo, luego de participar en un mitin electoral.
Pocos días antes, había denunciado amenazas de muerte procedentes presuntamente de “Fito”, identificado por las autoridades como el líder de Los Choneros, una de las principales bandas criminales que operan en Ecuador.
Antes de Villavicencio también habían sido asesinados de manera similar otros políticos y candidatos como es el caso del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato a asambleísta por Esmeraldas Ryder Sánchez, de la alianza Actuemos, que lidera el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, ambos ocurridos en julio.
Esta serie de asesinatos se enmarcan dentro del auge de la violencia que se vive en Ecuador, que hizo que el año pasado acabase con 25,32 homicidios por cada 100.000 habitantes, la cifra más alta de su historia.
El Gobierno atribuye este fenómeno al crimen organizado y al narcotráfico, que se han hecho fuertes sobre todo en la zona costera de Ecuador, donde han convertido a los puertos ecuatorianos en grandes lanzaderas para hacer llegar cocaína a Estados Unidos y Latinoamérica.