Es necesario un “uso contundente de la fuerza” por parte de un despliegue policial multinacional y el uso de activos militares para restablecer la ley y el orden en Haití y desarmar a las bandas, dijo el martes el jefe de la ONU, António Guterres, al Consejo de Seguridad en un informe.
Haití solicitó el año pasado ayuda internacional para combatir las violentas bandas que han invadido en gran medida la capital, Puerto Príncipe. Guterres sugirió en octubre que los países enviaran una “fuerza de acción rápida” para apoyar a la policía local.
El mes pasado, el Consejo animó a los países a proporcionar apoyo en materia de seguridad y pidió a Guterres que informara en un plazo de 30 días sobre todas las opciones de la ONU, incluido el respaldo a una fuerza multinacional ajena a la organización o una posible operación de mantenimiento de la paz.
El informe de Guterres se distribuyó el martes a los 15 miembros del Consejo y en él se esbozaban dos posibles opciones de la ONU: proporcionar apoyo logístico a una fuerza multinacional y a la policía de Haití y reforzar una misión política de Naciones Unidas que ya se encuentra en Haití.
“El contexto actual de Haití no es propicio para el mantenimiento de la paz”, escribió Guterres, añadiendo que había que restaurar la ley y el orden, desarmar a las bandas, asegurar las instalaciones estratégicas y las carreteras y restablecer la presencia del Estado para proporcionar servicios básicos.
Guterres volvió a hacer un llamado para que los países “actúen ya” para contribuir al despliegue de una fuerza multinacional no perteneciente a la ONU y para que el Consejo de Seguridad apoye dicha medida. Estados Unidos ya ha dicho que está dispuesto a presentar un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para respaldar el despliegue.
Un grupo defensor de los derechos humanos instó el lunes a la comunidad internacional a intervenir rápidamente para poner fin a la espiral de violencia de las pandillas en Haití, y detalló las brutales violaciones y asesinatos cometidos en la capital de la atribulada nación.
Las pandillas han rebasado a la policía, y los expertos calculan que ahora controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe. Sólo hay unos 10.000 policías para los más de 11 millones de habitantes del país. Más de 30 agentes fueron asesinados entre enero y junio, y más de 400 instalaciones policiales se encuentran fuera de servicio debido a ataques de grupos criminales, según Human Rights Watch.