La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, visitó este jueves el municipio de Caivano, en la ciudad metropolitana de Nápoles, donde ha salido a luz las repetidas violaciones grupales que presuntamente sufrieron dos niñas de 11 y 12 años, informa AP.
La jefa del Gobierno, invitada por el párroco local, se comprometió a mejorar la seguridad en el suburbio —que incluye algunas de las áreas más empobrecidas de Italia— afectado por la delincuencia organizada que opera en gran medida con impunidad.
Tras reunirse con el clérigo, el director de una escuela y otras personalidades locales, Meloni prometió restaurar un complejo deportivo abandonado en el barrio Green Park, en cuyas ruinas se llevaban a cabo las supuestas violaciones.
Se prevé que el complejo esté operativo en el segundo trimestre de 2024. Las obras, para las que se han asignado unos 10,8 millones de dólares, correrán a cargo del cuerpo de ingenieros del Ejército italiano. Una vez reabierto, el centro incluirá piscinas y canchas de tenis, mientras que su administración estará a cargo de asociaciones deportivas de la Policía.
Los residentes locales llevan años quejándose de que en las plazas y calles de Green Park se venden drogas abiertamente, incluso cuando pasan niños de camino al colegio o a jugar.
Al respecto, Meloni prometió mano dura contra “la criminalidad, la ilegalidad y las drogas”. “Las tierras de nadie no pueden existir en Italia”, aseguró, señalando que, probablemente, hay más casos parecidos “que las que salen en las noticias sobre crímenes”. Además, afirmó que ordenará un aumento del número de policías y funcionarios de la justicia en la localidad.
Después de que las presuntas violaciones, tachadas por Meloni como “un acto inhumano” y un “crimen infame que ha conmocionado a todo el mundo”, llegaran a conocimiento de las autoridades, las niñas fueron puestas bajo custodia temporal de cuidadores, mientras los investigadores determinan si sus padres conocían sobre su paradero cuando ocurrieron las violaciones.