El continuo incremento de las tensiones en el estrecho de Taiwán ha llevado al Ministerio de Defensa taiwanés a preparar planes para convertir sus centros médicos civiles en hospitales de guerra, por si fuese necesario atender rápida y eficazmente a víctimas masivas y preservar las fuerzas de combate en caso de un potencial conflicto con Pekín.
En una declaración este lunes, citada por South China Morning Post, el organismo ha enfatizado que las nuevas instalaciones reemplazarían las anticuadas, mejorando las capacidades médicas de los militares y alineándose con la tendencia internacional.
Así, el presupuesto de Defensa para el año fiscal 2024 —que se considera como el mayor en la historia de la isla china — prevé gastar hasta 31 millones de dólares en instalaciones y materiales médicos. El documento ya fue enviado al Yuan Legislativo, el Parlamento local, y será discutido durante una próxima sesión este 11 de septiembre.
Según el plan de la Oficina de asuntos médicos del Ministerio de Defensa, el monto asignado serviría para adquirir: en los próximos cuatro años, 221 tipos de equipo médico, incluidas las máquinas móviles de rayos X, los aparatos ortopédicos y urológicos, así como congeladores de almacenamiento de plasma; por 542 millones de dólares locales (16,9 millones de dólares estadounidenses), en los próximos dos años se comprarán otros 47 tipos de equipos, lo que incluye desde escáneres de imágenes ultrasónicas hasta salas de operaciones híbridas.
Además, la Oficina tiene planeado adquirir fármacos radiomarcados y varias máquinas de tomografía por emisión de positrones, todo por 187 millones de dólares locales (5,9 millones de dólares estadounidenses).
Se trata de unos aparatos que mediante la evaluación del flujo sanguíneo, el metabolismo y ciertos neurotransmisores permiten medir las funciones fisiológicas de pacientes. El Ministerio de Defensa taiwanés prevé usarlos en caso de desastres radiactivos, como la explosión de una bomba nuclear o una fuga en una central eléctrica.
Y es que, según los militares taiwaneses, entre los posibles objetivos del potencial ataque del Ejército Popular de Liberación (EPL) están las tres plantas de energía nuclear de la isla china (dos, en el norte, en proceso de desmantelamiento y una, en el sur de la isla, en pleno funcionamiento).
Estos preparativos vienen en paralelo con las declaraciones de los líderes taiwaneses de que una invasión a la isla china podría traer “resultados desastrosos” para el mundo. Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu enfatizó que Taipéi no está pidiendo ayuda a nadie para ser defendido, mientras recibe ayuda militar y económica por parte de EE.UU. Es justo lo que hace enfurecer más a Pekín, que acusa a Washington de ser “la causa fundamental de las tensiones en el estrecho de Taiwán”.