La protesta unió a fuerzas de extrema derecha con fuerzas de extrema izquierda y fue la tercera de este tipo en este año en la Plaza Wenceslao de Praga organizada por un nuevo partido político conocido como PRO.
Los manifestantes corearon repetidamente un mensaje para que la coalición gobernante de cinco partidos “dimitiera”.
El jefe del grupo populista, Jindrich Rajchl, acusó al Gobierno “de seguir órdenes de Bruselas”, criticó el apoyo del país a Ucrania y sus estrechos vínculos con Estados Unidos.
Su grupo, cuyo nombre en inglés significa Ley, Respeto, Experiencia, no tiene escaños en el parlamento.
Algunos manifestantes exigieron que el país abandonara la OTAN. Los manifestantes planeaban marchar hacia el edificio del Ministerio del Interior en Praga.