Francisco convocó a la reunión para promover su visión de una Iglesia que sea más inclusiva y acogedora, donde los católicos comunes y corrientes tengan más voz en la toma de decisiones que la jerarquía sacerdotal exclusivamente masculina. Un tema central ha sido el papel de las mujeres en el gobierno de la iglesia, pero también hay otros temas candentes en la agenda, incluida la aceptación de los católicos LGBTQ+ y el celibato sacerdotal.
Una prominente monja irlandesa fue la encargada de mencionar que las voces de las mujeres se están escuchando en la gran reunión del Papa Francisco sobre el futuro de la Iglesia Católica, y dijo que los delegados también están reconociendo el daño causado por la posición de la iglesia sobre la homosexualidad.
La hermana Patricia Murray, secretaria ejecutiva del principal grupo de órdenes religiosas de mujeres, proporcionó una actualización sobre el estado de las discusiones a mitad del sínodo o reunión del Vaticano, que dura casi un mes.
Murray es una de las 54 mujeres a las que se les concedió el derecho a votar por primera vez en un sínodo. También fue elegida miembro de la comisión que redactará el documento de síntesis al final de la reunión, otra primicia para una mujer. Ese documento servirá de base para la reflexión cuando se convoque un segundo período de sesiones el próximo año.
Murray, encabeza la Unión Internacional de Superioras Generales, dijo en una sesión informativa en el Vaticano que su elección para la comisión de redacción era simbólicamente importante y evidencia de que las voces de las mujeres están siendo escuchadas y consideradas en la reunión.
“Nombramientos como estos son simbólicos. Son una declaración y una indicación del deseo de que las mujeres participen en la toma de decisiones”, dijo. Aunque las mujeres todavía son minoría entre los 365 miembros votantes, “como mujeres, podemos expresar nuestro punto de vista y utilizar bien nuestro tiempo y espacio”.
A Murray también se le preguntó sobre las discusiones a puertas cerradas sobre la posición de la iglesia sobre la homosexualidad, después de que el documento de trabajo pedía que los homosexuales y otras personas que se sintieran excluidos de la iglesia fueran bienvenidos.
La enseñanza católica sostiene que los homosexuales deben ser tratados con dignidad y respeto, pero que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados.