Los recortes a la financiación de la ONU para los refugiados que viven en Ruanda están amenazando el derecho a la educación de los niños de más de 100.000 hogares que han huido del conflicto desde diferentes países de África Oriental para vivir en cinco campamentos.
El fin de semana pasado, ACNUR anunció recortes de fondos para alimentos, educación, alojamiento y atención médica a medida que disminuían las esperanzas de cumplir con los 90,5 millones de dólares en necesidades de financiación.
La portavoz del ACNUR, Lilly Carlisle, dijo que hasta octubre sólo se habían recibido 33 millones de dólares y añadió que “la agencia no puede satisfacer las necesidades de los refugiados”.
Ruanda acoge a 134.519 refugiados: el 62,20% de ellos han huido del vecino Congo, el 37,24% de Burundi y el 0,56% de otros países, según datos del Ministerio de Gestión de Emergencias del país.
Entre los afectados se encuentran 553 escolares refugiados que califican para asistir a internados este año, pero no podrán hacerlo debido a limitaciones financieras. La ACNUR ya está apoyando a 750 estudiantes en internados, dijo Carlisle. La matrícula escolar trimestral para los internados en Ruanda es de 80 dólares según las directrices del gobierno.
Las limitaciones de financiación también han afectado las transferencias de alimentos en efectivo, que se redujeron de 5 a 3 dólares mensuales por refugiado desde el año pasado.
Chantal Mukabirori, una refugiada burundesa que vive en el campamento de Mahama, en el este de Ruanda, dice que con raciones de alimentos reducidas, sus cuatro hijos pasan hambre y se niegan a ir a la escuela.
Carlisle está animando a los refugiados a “buscar empleo para mantener a sus familias”, pero algunos dicen que esto es difícil de hacer con el estatus de refugiado.
El secretario permanente de Ruanda en el Ministerio de Gestión de Emergencias, Phillipe Babinshuti, dice que los refugiados albergados en Ruanda no deberían ser olvidados a la luz del creciente número de conflictos y crisis globales.
Es probable que los efectos de la financiación en la educación empeore la matrícula escolar, cuyos datos de ACNUR en 2022 mostraron que 1,11 millones de los 2,17 millones de niños refugiados en el Este, el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos no estaban escolarizados.
“La matrícula bruta se sitúa en el 40% en preescolar, el 67% en primaria, el 21% en secundaria y el 2,1% en educación terciaria. Si bien los datos de preescolar y primaria están en línea con las tendencias globales, las tasas de matrícula en secundaria y terciaria siguen siendo mucho más bajas”, se lee en parte del informe del ACNUR.