Al menos un policía y nueve reos perdieron la vida y unos 38 uniformados resultaron heridos en una gigantesca operación militar y policial desplegada en la cárcel de Tacumbú, la principal de Paraguay, informó el comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez.
“Penosamente, tenemos que informar que tenemos una baja dentro de las filas policiales”, afirmó Benítez en una conferencia de prensa.
Además, confirmó que en el llamado operativo ‘Veneratio’ también hubo “bajas del otro lado”.
Benítez señaló que se trata de un saldo parcial, ya que el personal policial sigue incursionando en algunas zonas de penal.
En ese contexto, afirmó que han contabilizado 36 heridos dentro de las fuerzas policiales, de los cuales una docena presentaba lesiones causadas con armas de fuego.
Sobre la operación, Benítez, quien habló flanqueado por los integrantes de la cúpula de la Policía, aseguró que el Estado ha tomado el control absoluto desde el punto de vista de la seguridad institucional y la parte administrativa del penal de Tacumbú.
Entre otros, detalló que se han encontrado al interior de ese centro de reclusión armas de fuego, explosivos, armas contundentes, cortantes, punzantes e incluso perros de la raza pitbull.
De igual forma, destacó que ha sido trasladados unos 700 reos a otros centros de reclusión.
Un comunicado difundido por la Presidencia del Paraguay mencionó entre los objetivos de la tarea conjunta en Tacumbú la recuperación total de la presencia del Estado en esa penitenciaría.
En ese centro permanecían hasta el pasado viernes 2.842 reclusos, entre ellos 1.692 procesados y 1.150 condenados, según cifras del Ministerio de Justicia.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, lamentó el fallecimiento de un policía durante una operación policial y militar en la penitenciaría de Tacumbú, la principal del país, y subrayó que con esta acción el Gobierno dijo “basta”.
El penal está ubicado en una barriada popular de Asunción del mismo nombre, que amaneció bajo una fuerte custodia y donde fueron incluso cortadas las señales de teléfonos móviles, según las primeras versiones de las autoridades.
El mandatario describió a la llamada operación ‘Veneratio’ como “histórica y sin precedentes”.
Entre los logros, destacó que con esta acción se desbarató “un esquema” que permitía “seguir delinquiendo desde dentro mismo de la penitenciaría”.