La red de túneles en la Franja de Gaza, una obra en la que Hamás no ha escatimado esfuerzos en los últimos 15 años, es tan extensa que Israel tardaría años en destruirla, estimó un alto funcionario israelí.
El inicio de la operación terrestre en el enclave palestino permitió a las fuerzas israelíes reevaluar la magnitud de las construcciones subterráneas. Y si bien en diciembre creían que estas se extendían por 400 kilómetros, ahora calculan que suman entre 560 y 725 kilómetros, si no más, indicaron fuentes del periódico.
Las cifras son extraordinarias para un territorio que no tiene más de 40 kilómetros de largo en su punto más prolongado, y dejan asombrados tanto a los funcionarios y soldados israelíes que han estado en algunos de los túneles, como a los funcionarios y exfuncionarios estadounidenses que cuentan con experiencia en la región, todos los cuales destacan su alcance, profundidad y calidad, e incluso la maquinaria que se requirió para la construcción.
Funcionarios estimaron que existen alrededor de 5.700 pozos de acceso y rampas que conducen a los túneles de Hamás, algunos sumamente espaciosos como para que transite un coche, algunos otros parecen tener siete pisos de profundidad o de casi tres campos de fútbol de longitud.
Muchos fueron construidos con especificaciones de infraestructura civil y, según los militares israelíes, bajo puntos sensibles, como colegios y hospitales.
En 2015 se documentó que Hamás gastó alrededor de tres millones de dólares en la construcción de estos pasadizos que atraviesan por toda la Franja de Gaza.
En 2022 se mostraron pruebas de solamente el gasto para las puertas de los túneles, talleres subterráneos y otros gastos en Jan Yunis que es la ciudad palestina más grande, tuvo un gasto de un millón de dólares.
Bajo la ciudad de Jan Yunis se lograron identificar alrededor de 160 kilómetros de túneles, que la atraviesan de lado a lado.
Los recientes intentos de inutilizar los túneles de Hamás inundándolos con agua de mar han fracasado.
Para destruirlos primero se tendrá que localizar de manera completa, además de revisar que no existan rehenes dentro, el trabajo de destrucción no serán tarea fácil porque no es factible demolerlos, ya que podrían ser reparados.
Hasta ahora los israelíes han podido descubrir una constante en la construcción de sus túneles, a la cual han denominado “el triángulo”. Al encontrar una escuela, hospital o mezquita se han dado cuenta que bajo ellas se localiza un sistema de túneles subterraneos.