El 31 de enero significó el inicio – verdadero esta vez – del Waterloo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. La publicación de ProPublica le reventó en mil pedazos, ya que se trata de una investigación hecha por la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos en su contra por, presuntamente, haber utilizado recursos del narcotráfico para financiar su campaña presidencial en 2006.
Si bien con la chabacanería que lo significa, López Obrador ha tratado de minimizar el reportaje y ha descalificado a su autor, el periodista Tim Golden quien ha recibido dos veces el premio Pulitzer, la verdad es que se trató de un golpe demoledor y ello le está pasando factura, tanto en lo político como en su salud.
Políticamente, el artículo abrió la duda no sólo el financiamiento a su campaña de 2006, también la forma en que ha vivido y el financiamiento a las subsecuentes campañas, incluso en la que ganó la presidencia de México.
De ahí que muchos cuestionen su empecinamiento de mantener, a como dé lugar, una política de abrazos y no balazos en contra de la delincuencia, a pesar de la violencia, las extorsiones, el robo a transporte de carga, y el baño de sangre registrado en diversas regiones del país.
Evidentemente el tema ha sido aprovechado por la oposición para denunciar el posible vínculo del actual gobierno con grupos del crimen organizado.
Pero la revelación del financiamiento a su campaña no es el único tema que mantiene al primer mandatario en una crisis, también la reducción de la brecha en las encuestas entre su candidata Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez es un tema que le preocupa, ya que se encuentran en un empate técnico.
Conforme avanza el sexenio, el Presidente y sus hijos se ven envueltos en más escándalos de presunta corrupción y tráfico de influencias, por lo que no es de extrañar que sea el más interesado en que gane su candidata y así evitar investigaciones en su contra.
Es por eso que, la semana pasada, sabiendo que no tiene los votos para aprobarlas, envió 20 iniciativas a la Cámara de Diputados que pretenden un cambio en la estructura del Estado, pero que abarca temas que fácilmente se pueden ofrecer como promesas de campaña.
El Presidente se ha empeñado en verse como un hombre fuerte y saludable, sin embargo, la crisis en el paraíso de Palacio ya ha comenzado a hacer estragos y hacia el final de la semana se presentó en su conferencia con una severa inflamación del ojo que, pudo ser causada por alguna bacteria o bien por el estrés, es más por primera ocasión el primer mandatario se dejó ver con lentes en una ceremonia oficial.
El oficialismo asegura una y otra vez que no hay competencia que les impida mantener su llamada Cuarta Transformación, pero lo cierto es que los otros datos dan cuenta que el proceso electoral no será el día de campo que esperaba Morena, lo que provoca que, ante su necesidad de impunidad, el primer mandatario haga uso de todo el poder y dinero para mantener su Movimiento en el poder.