El presidente Joe Biden prometió a los alegres trabajadores siderúrgicos sindicalizados que su administración bloquearía la adquisición de U.S. Steel por parte de una empresa japonesa, y pidió triplicar los aranceles sobre el acero chino, buscando utilizar la política comercial para ganarse los votos de la clase trabajadora en el estado de batalla de Pensilvania.
El discurso del presidente demócrata se produce mientras Donald Trump, su probable oponente republicano, intenta trazar un camino de regreso a la Casa Blanca con una retórica dura contra China y sus propias propuestas arancelarias elevadas.
Durante una visita a la sede de United Steelworkers en Pittsburgh, Biden dijo que U.S. Steel ha sido una empresa estadounidense icónica durante más de un siglo y debería seguir siendo totalmente estadounidense.
Los funcionarios de la administración están revisando la propuesta de adquisición de U.S. Steel por parte de la japonesa Nippon Steel, y Biden dijo el mes pasado que se opondría al acuerdo, diciendo que era vital para que siga siendo una empresa siderúrgica estadounidense de propiedad y operación nacional.
Frente a una audiencia sindical, fue mucho más allá al prometer bloquear la venta. Según su administración, puede proteger a los trabajadores siderúrgicos nacionales, Biden también anunció que impulsará aranceles más altos sobre el acero y el aluminio chinos, con el objetivo de aislar a los productores estadounidenses de una avalancha de importaciones baratas.
El impulso de Biden al acero refleja la intersección de la política comercial internacional con su esfuerzo por la reelección, aunque la Casa Blanca insistió en que se trataba más de proteger a la industria manufacturera estadounidense de prácticas comerciales desleales en el extranjero que de despertar una audiencia sindical.
Sin embargo, un alto funcionario de la administración dijo que existen preocupaciones de que China aumente las exportaciones, lo que hace que los niveles arancelarios más altos sean necesarios como medida preventiva.
Biden insistió en que ser más duro con China era una política acertada, incluso cuando se trata de impedir la exportación de tecnologías avanzadas que podrían socavar nuestra seguridad nacional.
El anuncio de Biden sobre los aranceles al acero fue aplaudido por los fabricantes de acero estadounidenses. Kevin Dempsey, presidente del Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero, acusó a China de alterar “los mercados mundiales al subsidiar la producción de acero y otros productos, y al vender esos productos en Estados Unidos y otros mercados”.