El número de muertos por las fuertes lluvias en el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil, aumentó a 29 y otras 60 personas desaparecieron, según la agencia de defensa civil del estado. La agencia había dicho en su informe anterior que 13 personas habían muerto y 21 desaparecidas, una cifra ligeramente superior a la del miércoles.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó al estado para reunirse con las autoridades locales y expresar su solidaridad.
“Se hará todo lo que esté al alcance de nuestro gobierno para atender las necesidades de las personas que están siendo afectadas por estas lluvias”, escribió en X.
Los operadores informaron de cortes de electricidad y agua en todo el estado, y los funcionarios detallaron numerosos incidentes de carreteras inundadas, deslizamientos de tierra y puentes derrumbados a medida que los niveles de agua de ríos y arroyos aumentaban bruscamente. Parte de la estructura de una represa hidroeléctrica cedió el jueves. Según la agencia de defensa civil, más de 10.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
El aguacero comenzó el lunes y se esperaba que durara hasta el viernes. En algunas zonas, como valles, laderas de montañas y ciudades, cayeron más de 150 milímetros de lluvia en 24 horas, según informó el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil.
“El evento actual será el peor desastre climático que nuestro estado jamás haya enfrentado”, dijo el gobernador Eduardo Leite. “Estamos viviendo un momento muy crítico en el estado”.