Es el último estado australiano que se disculpó por el dolor imperdonable causado, tras 40 años de haberse despenalizado la homosexualidad.
El líder del estado más poblado de Australia se disculpó por el dolor imperdonable causado por leyes anteriores que penalizaban la homosexualidad, 40 años después de que se despenalizara el sexo gay en Nueva Gales del Sur.”Estamos aquí para pedir disculpas por cada vida que fue dañada, disminuida o destruida por estas leyes injustas”, dijo el primer ministro Chris Minns en un discurso ante el parlamento estatal. La legislación nunca debería haber existido, añadió.
El estado fue el último en Australia en presentar una disculpa formal por las leyes que ilegalizaron los actos sexuales homosexuales, después de Victoria y Australia del Sur en 2016 y los otros tres estados del país en 2017. El matrimonio entre personas del mismo sexo se legalizó en Australia en 2017.
Los actos homosexuales entre hombres adultos fueron despenalizados en Nueva Gales del Sur en 1984, convirtiéndose en el quinto estado en hacerlo. El sexo entre mujeres nunca fue un delito penal en el estado. El estado registró docenas de muertes por odio a los homosexuales en la década de 1980, en parte debido a la hostilidad y el miedo derivados de la epidemia de SIDA.
Un cambio legislativo en 2014 permitió a los hombres con condenas en virtud de leyes anteriores solicitar su eliminación.
Minns dijo que, como resultado, los condenados habían perdido empleos, futuros y familias. “Lo sentimos mucho por cada persona condenada o no que tuvo que vivir una vida más pequeña debido a estas leyes”, dijo.
El legislador de Sídney Alex Greenwich dijo a los legisladores que él era el único miembro abiertamente gay del parlamento de Nueva Gales del Sur, que incluye a Sídney, y uno de los dos únicos en la historia de la cámara.
“Esto en sí mismo demuestra cuánto trabajo tenemos que hacer”, afirmó. “Mi mensaje a mis colegas hoy será el mismo que envió la comunidad LGBTQ hace 40 años. ‘Salgan de nuestras habitaciones, quítense los pantalones y déjennos vivir nuestras vidas’”, dijo Greenwich, quien propuso un proyecto de ley que evitaría que maestros y estudiantes de escuelas privadas sean despedidos o expulsados por salir del armario.
