El recién elegido primer ministro de Haití, Garry Conille, fue hospitalizado el sábado por la noche en la capital, Puerto Príncipe, pocos días después de llegar al país, dijo el gobierno.
La oficina del primer ministro dijo en un comunicado que Conille se sentía ligeramente mal tras una semana de intensas actividades. No proporcionó más detalles excepto decir que Conille se encontraba estable y que agradeció a quienes lo visitaron y le desearon lo mejor.
Louis Gérald Gilles, miembro del consejo presidencial de transición que recientemente eligió a Conille como líder del atribulado país caribeño, dijo que estaba en el hospital, pero no podía proporcionar más información.
Sin embargo se especuló que tuvo algunos problemas para respirar, el primer ministro al parecer uso en ocasiones inhalador.
El recién elegido Primer Ministro de Haití, Garry Conille, fue dado de alta de un hospital este domingo después de pasar una noche en tratamiento por una afección no revelada.
Conille parecía estar de buen humor en el video publicado el domingo, donde lucía una camiseta morada y hablaba sobre un fondo de árboles y arbustos.
En el vídeo publicado Conille dijo que se sentía bien y que estaba listo para seguir ayudando a sacar al país de su actual crisis de seguridad formando un gobierno que también priorizará cuestiones como la atención médica. También mencionó: “Todo el tiempo que estuve en el hospital, estuve pensando en algo: las personas que necesitan ir al hospital general no pueden llegar allí debido a la violencia generalizada. Las personas que necesitan atención médica no pueden pagarla”.
El nuevo primer ministro tiene una ardua tarea por delante: tener que sofocar la rampante violencia de las pandillas y al mismo tiempo ayudar a sacar a Haití de la pobreza profunda, con una inflación que alcanza un récord del 29%, según los últimos datos disponibles.
El gobierno haitiano ahora está esperando el despliegue de una fuerza policial de Kenia y otros países, respaldado por la ONU.
“Espero que a principios de la próxima semana podamos tener un gobierno en el lugar”, dijo. “Estoy haciendo todo lo posible para que podamos salir de esta crisis”.
La violencia de las pandillas sigue siendo implacable en el país caribeño, con tres policías asesinados el domingo y un cuarto desaparecido, según Synapoha, un sindicato policial.
La violencia ha obligado a cerrar aproximadamente el 60% de los hospitales en el área metropolitana de la capital, mientras que las pandillas también saquean y queman farmacias y los médicos se ven obligados a quedarse en casa algunos días para evitar enfrentamientos peligrosos entre pandillas.