Corea del Norte busca reabrir las conversaciones nucleares con Estados Unidos si Donald Trump es reelegido como presidente y está trabajando para diseñar una nueva estrategia de negociación, dijo un alto diplomático norcoreano que recientemente desertó a Corea del Sur.
La fuga de Ri Il Gyu de Cuba fue noticia a nivel mundial el mes pasado. Fue el diplomático norcoreano de mayor rango que desertó al Sur desde 2016.
En su primera entrevista con los medios internacionales, Ri dijo que Corea del Norte ha establecido a Rusia, Estados Unidos y Japón como sus principales prioridades de política exterior para este año y más allá.
Si bien fortalece las relaciones con Rusia, Pyongyang está dispuesto a reabrir las negociaciones nucleares si Trump, quien se involucró tanto en una feroz política arriesgada como en una diplomacia sin precedentes con Corea del Norte durante su mandato anterior, gana la reelección en noviembre, dijo Ri.
Los diplomáticos de Pyongyang estaban trazando una estrategia para ese escenario, con el objetivo de levantar las sanciones a sus programas de armas, eliminar su designación como estado patrocinador del terrorismo y obtener ayuda económica, dijo Ri.
Sus comentarios señalan un posible cambio de actitud con respecto a la postura actual de Corea del Norte después de las recientes declaraciones que descartaron la posibilidad de un diálogo con EE. UU. y advirtieron de una confrontación armada.
En 2019, una cumbre entre el líder norcoreano Kim Jong Un y Trump en Vietnam fracasó debido a las sanciones, de las que Ri atribuyó en parte la decisión de Kim de confiar la diplomacia nuclear a comandantes militares “inexpertos y desinformados”.
“Kim Jong Un no sabe mucho de relaciones internacionales y diplomacia, ni de cómo tomar decisiones estratégicas”, dijo.
Al forjar vínculos más estrechos con Rusia, Corea del Norte recibió ayuda con su tecnología de misiles y su economía. Pero un beneficio mayor podría ser bloquear sanciones adicionales y socavar las existentes, dijo Ri,
Según Ri, Kim buscaría celebrar una cumbre con Japón, con el objetivo de obtener asistencia económica a cambio de concesiones en la cuestión de los secuestrados.
Tokio cree que 17 de sus ciudadanos fueron secuestrados, cinco de los cuales regresaron a Japón en 2002. Pyongyang considera que el asunto está resuelto, habiendo admitido el secuestro de 13 ciudadanos japoneses y diciendo que los desaparecidos han muerto o se desconoce su paradero. Ri dijo que Kim estaría dispuesto a cambiar esa posición, establecida bajo el gobierno de su padre Kim Jong Il, para obtener apoyo económico.
Ri, que estudió en una escuela francesa en Argelia y vivió en Cuba junto a su difunto padre, que era reportero de los medios estatales, dice que había imaginado una vida en Corea del Sur desde su infancia, pero nunca actuó para huir hasta que un colega diplomático lo acosó por negarse a su demanda de sobornos.
El confinamiento por COVID-19 profundizó las dificultades en el país y para los estacionados en el extranjero, ya que la mayoría de las líneas telefónicas con Pyongyang se cortaron para evitar que cualquier información se difundiera al mundo exterior, dijo Ri.
Los problemas financieros también han obligado a Corea del Norte a cerrar una docena de sus 54 misiones diplomáticas.
Ri también había presenciado el inicio de las relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y Cuba, un aliado de Corea del Norte durante la Guerra Fría.