El diario estadounidense The Wall Street Journal reportó que Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para presionar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a que abandone el poder, ofreciendo amnistía a cambio de su renuncia.
Esta oferta se produce en un contexto en el que han surgido pruebas convincentes de que Maduro perdió las elecciones presidenciales del pasado mes de julio, según fuentes cercanas a las negociaciones citadas por los periodistas Juan Forero, Patricia Garip y Kejal Vyas.
La administración de Joe Biden ha discutido la posibilidad de otorgar indultos a Maduro y a sus principales colaboradores, algunos de los cuales enfrentan serias acusaciones por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Estas acusaciones incluyen cargos relacionados con el tráfico de drogas, por los cuales el gobierno estadounidense había ofrecido una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que condujera al arresto de Maduro.
Sin embargo, según las fuentes consultadas, Estados Unidos estaría dispuesto a dejar de lado estas acciones legales si Maduro acepta dejar el poder antes de que termine su mandato en enero.
Las negociaciones, que se han mantenido en secreto, se habrían llevado a cabo principalmente de manera virtual, involucrando a Jorge Rodríguez, presidente del Congreso de Venezuela y aliado cercano de Maduro, y a Daniel P. Hasta ahora Maduro se ha mostrado reticente a aceptar cualquier acuerdo que implique su salida del poder.
Sin embargo, personas cercanas al régimen han sugerido a los periodistas que la presión internacional y las promesas de amnistía podrían eventualmente llevar a Maduro a reconsiderar su posición.
El intento de Estados Unidos de negociar una salida para Maduro está alineado con la estrategia de la oposición venezolana, que ha documentado meticulosamente los resultados de las elecciones de julio.
Según esta documentación, el candidato opositor Edmundo González habría ganado por un margen significativo, obteniendo 7.3 millones de votos frente a los 3.3 millones de votos de Maduro.
A pesar de estos resultados, el gobierno de Maduro ha seguido manteniendo su control sobre el poder, recurriendo a la represión para sofocar las protestas y encarcelando a miles de disidentes en las últimas semanas.
La situación en Venezuela ha captado la atención de otros países de la región, incluidos Brasil, México y Colombia, cuyos gobiernos están tratando de mediar en el conflicto.
No obstante, estos países no han adoptado una postura firme en contra de Maduro, prefiriendo presionar por un proceso electoral transparente que demuestre claramente quién ganó las elecciones de julio.