Para nuestro país las elecciones en Estados Unidos, el próximo mes, son muy importantes, entre otras razones por la interdependencia entre nuestros países. Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos, la inversión proveniente de ese país, el turismo y las remesas en dólares que nos llegan, constituyen valiosos recursos. Además, el T-MEC formalizó la integración comercial de América del Norte.
Hay en la campaña electoral una polarización política entre los partidos Demócrata y Republicano.
El partido Demócrata tiene prioridades importantes no solo para Estados Unidos sino para el mundo. Se ha comprometido por el combate al calentamiento global, la defensa de los derechos laborales, la libertad de reproducción y la justicia económica.
En relación con nuestro país, Kamala Harris ha ofrecido que revisará el acuerdo comercial para que se incluya el apoyo al medio ambiente, en sintonía con lo que hará en su país, que sufrió con Trump, cuando fue Presidente, una regresión al reducir las regulaciones ambientales y la retirada del Acuerdo de París.
En migración, la actitud de Kamala Harris es de prudencia, considerando necesario regular el ingreso de personas porque son necesarios para la economía. En 1965 el presidente Johnson logró el apoyo político para poner fin a la política de migración de solo europeos para iniciar la reapertura de inmigrantes de todo el mundo.
Y un dato importante que comenta Jonathan Blitzer, periodista del New Yorker: “Según la Reserva Federal, la mano de obra migrante rescató a la economía estadounidense de la recesión de la era Covid-19 y en medio de la actual escasez de mano de obra a lo largo del país en toda clase de industrias, de la agricultura a la sanidad, un nuevo recorte de la inmigración legal sería calamitoso”.
El partido Republicano de Trump es populista, diferente de lo que fue por ejemplo en la época de Reagan que integraba a intervencionistas estatales, conservadores y liberales.
En Cambio Climático si gana Trump sería el desastre como lo fue de Presidente al impulsar regresiones como las restricciones sobre la extracción y consumo de combustibles fósiles. También buscará disolver agencias que están en favor de la regulación ambiental.
En migración Trump se ha especializado en atacarla sin medida y ha llegado a niveles absurdos en sus declaraciones. Dijo sádicamente que “la inmigración latinoamericana envenena la sangre de nuestro país”.
El partido Demócrata ha realizado intentos de que el Congreso apruebe una reforma para la seguridad fronteriza. Sin embargo, Trump ha boicoteado esa posibilidad. Al hacerlo, como dice el analista político, Carlos Bravo, “quedó exhibido como un líder cuya principal preocupación no es la de ordenar la frontera, sino ordeñarla políticamente”.
En el contexto internacional Trump es un peligro porque puede vulnerar el eje de la alianza euro atlántica que sirve de contención a los gobiernos populistas de Asia.
Otra fantasía de Trump es que se puede financiar el gasto gubernamental con aranceles a las importaciones chinas.