Rusia sigue trabajando para poner en servicio de combate su misil balístico intercontinental Sarmat, que forma parte de su arsenal nuclear estratégico, según informó la agencia estatal de noticias rusa TASS.
El misil RS-28 Sarmat está diseñado para lanzar cabezas nucleares contra objetivos situados a miles de kilómetros, en Estados Unidos o Europa, pero su desarrollo se ha visto afectado por retrasos y contratiempos en las pruebas.
En septiembre, expertos en armamento dijeron que Rusia parecía haber sufrido un fallo catastrófico en la última prueba del misil, que había dejado un profundo cráter en el silo de lanzamiento.