En las audiencias celebradas cada miércoles, el Papa Francisco habla en italiano y sus enseñanzas son traducidas y leídas en inglés, francés, alemán, polaco, español, portugués y árabe.
“La próxima semana, con el inicio del Adviento, la traducción al chino también estará aquí en la audiencia”, dijo, probablemente refiriéndose al mandarín, el idioma oficial de China.
Las relaciones entre el Vaticano y la China comunista han sido históricamente tensas, pero el Papa Francisco ha hecho de ellas una prioridad normalizarlas.
En octubre, el Vaticano y China extendieron un acuerdo sobre el nombramiento de obispos católicos en el país del norte de Asia por cuatro años, lo que indica un nuevo nivel de confianza entre las dos partes. El Vaticano dijo que el acuerdo, alcanzado inicialmente en 2018, resolvió una división de décadas entre una iglesia clandestina leal al Papa y la Asociación Patriótica Católica supervisada por China, que opera independientemente de la Santa Sede.
Se estima que hay entre 10 y 12 millones de católicos en China.