El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, ha anunciado un acuerdo migratorio con Irak para combatir las redes de tráfico ilícito de migrantes y ha prometido reformar el sistema de visados de trabajo para prevenir la explotación laboral.
Las autoridades de la región del Kurdistán iraquí recibirán un paquete de ayuda valorado en 200,000 libras esterlinas (253 millones de dólares) en seguridad fronteriza, mientras que Londres dedicará hasta 300,000 libras esterlinas (380 millones de dólares) para la capacitación de las fuerzas del orden de Irak.
Según la ministra del Interior británica, Yvette Cooper, los criminales se benefician de los cruces de pequeñas embarcaciones en Francia, Alemania y toda Europa. “Los delincuentes organizados operan a través de las fronteras, por lo que las fuerzas del orden deberán operar también ahí”, ha detallado.
Starmer ha informado de que se llevarán a cabo “medidas enérgicas” para regular los visados de trabajo. “Durante demasiado tiempo hemos sido indiferentes a las malas prácticas en nuestro mercado laboral, lo que envía una señal clara de que somos blandos”, ha agregado.
El primer ministro británico ha advertido de que si las empresas se niegan a cooperar “se les prohibirá contratar mano de obra extranjera”. La medida busca regular la contratación de trabajadores extranjeros para evitar abusos laborales.
Para la secretaria de Migración y Ciudadanía, Seema Malhotra, la explotación laboral “es completamente inaceptable”. “Los trabajadores que vienen a Reino Unido (…) se han visto con demasiada frecuencia envueltos en una inseguridad y unas deudas injustificables”, ha resaltado, según un comunicado del Gobierno británico.
Starmer ha culpado al anterior gobierno conservador por el incremento en el flujo de migrantes. “Este tipo de aumento no tiene precedentes. Está fuera de escala lo que ha sucedido en cuatro cortos años. La forma de solucionarlo es mediante el trabajo duro, no con trucos”, ha asegurado.