Las intensas tormentas geomagnéticas que han afectado la atmósfera de la Tierra en las últimas horas han provocado impresionantes auroras polares, visibles en latitudes mucho más bajas de lo habitual. Durante la noche del 1 de enero, los habitantes de Prades, en Tarragona, España, pudieron disfrutar de este fenómeno natural, que es más común en las regiones cercanas al Ártico y Antártico.